jueves, 19 de febrero de 2009

Compañeros de natacion

Para comenzar diré que me llamo José David, tengo 21 años y hasta hace unos años pocos me consideraba heterosexual. Ahora soy bisexual pues también me agrada tener sexo con mujeres. Mido 1,72 y peso 69 kilos. Tengo una verga de tamaño normal, 18 cm. de largo y 6 cm. de diámetro.

Tenía 13 cuando comencé mi vida sexual comiéndome toda mujer que se prestaba a saciar mis impulsos juveniles, pero a los 16 me cambió la vida por completo.
Gracias a Dios desde pequeño he tenido un buen físico, pero a los 16 me agarró un virus de gripe que me rebajó de peso en tan solo una semana, era uno de esos malestares que te tiran a la cama y te dejan sin ánimos de hacer nada. En fin, al sanarme me preocupé demasiado por lo delgado que quedé, entonces me metí en un grupo de natación de un club cerca de mi casa. Entrenaba entre las 6 y las 7 de la noche. Conmigo entrenaba un chico que ya había visto antes en el colegio pero nunca pensé algo malo de él, era muy discreto, se llama Marcos. Una noche, cuando terminamos de entrenar, nos fuimos a la ducha Algunos chicos vivían un poco retirados de allí así que no se molestaban en bañarse, solo se vestían y se marchaban. Marcos y yo preferíamos darnos una ducha antes de salir del club. Las regaderas eran estilo colectivo de modo que mientras uno se ducha puede ver a los otros también, lo cual era perfecto para aquellos momentos en que uno como hombre molesta a otros tirándoles agua o pegándoles con una toalla, ustedes saben, frikinautas.

Bueno, a lo que pasó esa noche! Marcos es de mi misma edad y tiene un cuerpo muy bacano pues él va al gym. Los dos entramos a las duchas, yo inocente de lo que iba a pasar, aún tenía mi speedo para lavarlo mientras me bañaba. Nos pusimos a hablar para conocernos mejor, nos preguntamos por las novias, por nuestros pasatiempos y claro el tema del sexo salió a flote. Él me dijo que aunque tenía novia aún se cascaba una pajita de vez en cuando y yo le dije que aun me la hacía pero que llevaba mucho sin halarme la colita. Todo comenzó a subir de tono cuando él preguntó que cómo me la hacía. Yo no puse malicia y le expliqué que me gusta hacérmela en el baño, aprovecho lo suave del jabón y lo sacudo más de lo habitual. Ostenté de que las pajas que me hacía eran magistrales pues suelen durar como 15 minutos mientras que, por conocimientos de mis amigos, ellos suelen durar poco. Marcos me llamó mentiroso, que una paja no duraba tanto, que le diera una muestra.

Yo le dije que estaba loco, que cómo me iba a masturbar en su presencia. Él dijo que no me preocupase, que el menearse con un amigo no tenía ningún problema, que él ya lo había hecho y que le parecía lo más normal. Me dijo que él me acompañaba en la paja y así aprovechaba y mediamos tiempos. Yo no estuve muy seguro y él me convenció haciéndome caer en la cuenta que estábamos solos, que no iba a salir de entre nosotros si ninguno decía nada de lo que pasase.

Cuando quise responder Marcos ya estaba completamente desnudo y con el chimbo semi-parolo. Me pasmé por un momento viendo cómo se acariciaba su pene para agrandarlo mientras era mojado por el agua y no sabía por qué el mío estaba creciendo. Me sentí un poco sucio por dentro pensando que mi excitación era muestra de que era marica y que toda mi vida estuve equivocado acerca de mi identidad. Marcos me miró y me dijo que qué esperaba para unirme pues ya había visto que yo estaba preparado. Mi calentura desplazó la razón que me abordaba y me dije a mí mismo: "No sé si esto es normal en la vida del hombre, pero lo voy a hacer" Además hacía mucho tiempo que no me la hacía y no había tenido sexo con nadie en esos días, estaba caliente desde días atrás y no me iba aguantar un día más.

Me quité mis speedo, unté de jabón mi pene y empecé a hacerme la paja especial, jalando el cuerito hasta el fondo y presionando con mi cuerpo hacia afuera, hasta que las venas sobresalieran y con mi otra mano acaricié mi cabecita roja del apretón, esto te hace sentir como si te vinieras pero no te corres. Luego una especie de mete y saca pero con la mano, otro estirón y así intercalando hasta correrme. Tenía mis ojos cerrados imaginando a mi novia desnuda y chupándomelo. En un momento me dio por abrir mis ojos y vi que Marcos me miraba mientras se masturbaba.

- Estas muy caliente no?- dijo Marcos.
- Sí, es que hace mucho que nada de nada con nadie, ni conmigo.

Yo respondí sin dejar de hacérmela. El hecho de sentirme observado no me molestó. Al contrario, me excitó aún más.

- La tenes buena!- me dijo.
- Que cosa?
- La verga! Me gustas mucho…en qué pensas.
- En mi novia.
- Crees que te la esta chupando.

El saber que le gustaba a un "mancito" me provocó algo inusitado. Le dije:

- Te gusta mi palo, te lo presto un momento.
- Para…
- Usa tu imaginación. Hacele lo que queras.

No dudó nada y se abalanzó a chupármela. Lo hacía muy bien, mejor que cualquier vieja que me hubiese comido. Me recosté contra la pared y él comenzó a chupar por la cabecita, la besó, la lamió como un helado y luego pasó su lengua y labios desde la punta hasta la base y se devolvió. Él cogía mis huevitos y jugaba con ellos usando las manos y la boca. Luego me pasó su mano izquierda por la raya de mi culo lo que me hizo excitar más. Acarició mis nalgas. Me dio vuelta para darme un beso negro, que es algo que me fascinaba, allí era donde quedaba el punto secreto de mi deseo, pocas lo habían encontrado y mi primer hombre lo encontró sin dificultad. Me besó, me lamió, me hizo sentir muy deseoso de correrme. Le dije que se pusiera en cuatro pero no quiso, porque era virgen por detrás, entonces le dije que me la chupara hasta correrme y lo hizo, cogió con su mano derecha mi pene y mientras me hacía una paja lo tenía medio metido en su boca. Yo gemía en señal de venirme, él se sacó el chimbo de la boca, le dio unos últimos jalones y todo mi semen empezó a salir. Él se lo echó en su pecho para esparcirlos con su mano (no le gustaba tragarse el cum), se levantó y me dijo:

- Ves, no duras lo mismo que yo.

Marcos aún estaba parolo y me propuso que le jalara una de mis pajas especiales. Bueno, yo tomé mi speedo lo enjaboné y con él en mi mano tomé su palo y comencé a masturbarlo. Esto me excitó nuevamente y él cogió el mío en su mano y también me masturbó otra vez. Así estuvimos un rato hasta venirnos los dos juntos y dejar nuestro semen allí, en el suelo de las duchas.

Ese recuerdo aún me calienta y me obliga a jalarme la colita más de una vez. Marcos y yo nos hablamos todavía, no comenzamos una relación pero sí tenemos nuestras aventuras de vez en cuando. Espero que os haya gustado.

lunes, 16 de febrero de 2009

El negro me follo sin condon en el parque

Estaba en mi casa aburrido como de costumbre y decidí salir al parque, ya sabía que allí de vez en cuando encontraba quien me diera una buena mamada y llegar relajado ami casa era lo que quería. Dí unas cuantas vueltas, el parque estaba solo y algo oscuro en cierta parte, también he visto unas cuantas parejitas culiando en veces anteriores y pues decidí ver si había alguien. Para mi sorpresa ninguna parejita. Caminé un poco mas cuando escuche una voz que me dijo, ¿que busca mono? ¿en que le puedo servir?
Era un negro de aproximadamente unos 27 años, estaba acostado en el matorral y yo no le había visto ya que el pasto estaba alto. Seguimos hablando y me contó que se había peleado con su hermana, que no era de la ciudad y que venía de la costa, y que ese día debía dormir por fuera. Al verlo detalladamente y escuchar su historia me dio un cierto pesar, pero bueno, le pregunté yo ¿va a dormir ahí? Él me dijo que sí, y se recostó. Me dijo: voy a estar acá por si me necesita. Yo ya estaba erecto de sólo verlo, al rato me preguntó que qué hacía solo por el parque, le dije: La verdad quedé de verme con un amigo, pero no aparece... Eso fue todo, un silencio de nuevo entre los 2 y continuó recostado. Yo no aguanté mas y le hice la pregunta clave ¿alguna vez ha tenido sexo con alguien aquí? Él me respondió, Aca viene un mancito y me deja 15 o 20 mil pesos por que me lo culee. Esa respuesta me puso a mil, sólo q yo andaba con míseros 2.000 pesos en el bolsillo. Quedé callado y al rato le pregunté ¿Pero ustedes los negros dicen que la tiene grande? ¿Cómo es la suya? Él me respondió: 18 centímetros. Para mis adentros me dije que era perfecta. Yo le respondí ¡está bien de verga! Él me dijo ¿no tiene algo por ahí? Yo le dije, la verdad men, sólo cuento con 2.000 pesos y él me dijo, paselos haber y me lo puede coger, esto me hizo poner super arrecho.

El negro ya estaba erecto y su verga no desmeritaba nada, si bien me había dicho 18 centímetros, yo creo que había sido modesto, su verga debía medir unos 21 centímetros, cabezoncita y negra como la noche... en sí, una delicia... como las que me gustan.
Empecé a lamer y chupar esa verga, no lo podía creer, estaba tirando en el parque, con un negro. Después de un rato el negro empezó a acariciarme la cola, a mi me encanta que me den circulitos en el ano, y él estaba acariciando mi esfínter haciendo que se dilatara solito. La verdad, quería sentir ese negro dentro, que toda su herramienta perforara mi culo, pero no quería presionarlo, sino que fuera él quien lo pidiera. Pues dicho y hecho, al cabo de un rato de estar mamándoselo me preguntó que si podría con su verga. Yo simplemente asentí con la cabeza y dije que si, él no lo dudo y me dijo que me cuadrara mejor. Yo siempre tiro con condón, pero la verdad, cuando voy al parque no cargo papeles ni billetera, entonces existía ese pequeño problema.
Él me dijo, te va a doler, yo le dije que se lo lubricara bien, además después de esa mamada lo tenía bien mojadito. Me lo colocó atrás y empezó a meter centímetro tras centímetro presionando mi ano. La verdad, yo estaba en el séptimo cielo, mi culo está acostumbrado a comer bien y el negro tenía una vergota increíble y no era ordinario, me cogió suave y la fue introduciendo en mi culito poco a poco, luego empezó un mete y saca y se sentía delicioso. Así duro unos 10 minutos, yo no me cambiaba por nadie, ahhhhhh!!!! me estaba culiando a puro pelo y no me importaba, sólo quería tener esa verga esculpiendo mi próstata, se sentía deliciosa,... entraba y salía cada vez mas rápido y con fuerza, pues él era quien manejaba ahora la situación y de seguro lo estaba gozando, pero no mas que yo, que no había comido rellena negra en dias... Ahhhhh... se empezó a escuchar de la boca del negro... yo apresuré mi paja y comencé a venirme, él se corrió dentro de mi y sentí por primera vez lo que había escuchado sobre si alguien se te venía dentro. La verdad, la sensación es indescriptible, el placer mezclado con semen, wow, eso nunca lo olvidaré, eso fue hace una semana, he ido a buscarlo de nuevo al parque y ya no está, por mi que volviera a pelear con su hermana, para poder gozar de nuevo esa maravillosa verga negra.

Pienso en el

Esta mañana me he despertado pensando en él, como en los últimos tres días. Fantaseo con la idea de que hoy vendrá a verme, es el chico más guapo del mundo y lo mas importante: yo le gusto y por lo que dice, mucho. Tocan al timbre, debe ser él, tengo un nudo en el estomago, ¿nervios? ¿ansia?... no lo sé. Estoy esperando en la puerta de casa a que llegue el ascensor, me deleito pensando en como ira vestido y de pronto ahí está. Lleva unos vaqueros que le sientan muy bien y una camiseta lila que deja entrever su cuerpo definido, guapísimo como siempre, me está mirando a los ojos, con esa mirada en la que podría vivir y una sonrisa en la boca.
- Tenía ganas de verte.
Por toda respuesta le beso, tenía muchas ganas de besarlo, de sentirle muy cerca. Entramos en casa, le enseño el piso y nos sentamos en el sofá. Le propongo ir a la cama, allí estará mas cómodo. Él sonríe, pícaro, pensando en lo que no es, yo sólo lo he dicho para que estuviera más cómodo, aunque al ver esa sonrisa es lo primero en lo que he pensado. Vamos al dormitorio y se acuesta, yo a su lado, muy cerca, lo suficiente como para que los dos sepamos que el otro esta igual de nervioso.

Hace cuatro años que no nos vemos y ahora estamos aquí los dos deseando besarnos y acariciarnos. Empiezo por su pelo, lo tiene negro y corto, es un tacto agradable. Él sonríe y empieza a besarme, creo que es el beso mas caliente que me han dado nunca. Desprendemos calor, mucho calor, intento abarcar todo su cuerpo con mis manos sabiendo que es imposible, necesitaré mucho tiempo.

Él me besa el cuello, consigue erizarme la piel, ha parado.
- ¿Qué pasa?
- Creo que es Elena, mi compañera de piso.
Ella ha entrado en casa, la verdad tengo ganas de verla, pero... ¿tiene que ser ahora? bueno ya esta aquí... tan discreta y perfecta como siempre, ha entrado sigilosa y sin hacer ruido. Me apetece que le conozca y esa intromisión hace de la situación puro morbo. La llamo y mientras tantea con la mirada a mi chico, habla acelerada como siempre, sobre su mañana. Con una mirada de silenciosa complicidad los dos sabemos que cuando se valla seguiremos demostrando lo a gusto que estamos juntos, y ella, que sabe leer en mis ojos, decide irse sin mas pretexto que quitar la fregaza. Yo cierro la puerta. Ahora estamos solos. Él y yo. Está acostado en mi cama el chico mas sexy del mundo y me está esperando, me acuesto en la cama y se pone sobre mi. Empieza a besarme apasionadamente mientras me toca, me encanta como lo hace.

Mis pantalones empiezan a ser un estorbo, mi polla está despertando y los vaqueros me molestan, pero quiero que sea el quien me los quite. Seguimos besándonos y yo llevo mi mano hasta su entrepierna, está muy caliente y noto como está empalmado, eso me pone aun más cachondo. Entonces decide quitar el botón de mi vaquero y bajar la cremallera, que alivio creía que explotaba, mete su mano por dentro de mi slip y me agarra la polla con fuerza haciéndome estremecer. Me quita la camiseta mientras yo hago lo mismo con él, parecemos dos novatos, esperando a ver quien decide desnudar al otro. Me decido yo pero con las prisas se la saco por la pernera derecha de su slip y me la meto en la boca con una mano, con la otra le acaricio los huevos suavemente y empiezo a juguetear con el piercing en su capullo. Mientras se la chupo le miro a los ojos, me gusta hacerlo así y veo que lo estaba deseando tanto como yo. Su respiración se acelera cada vez más. Me tira de la espalada poniéndome a su altura y le beso. Empieza a besarme el cuello y tenso todos los músculos de mi cuerpo, él sigue con mas ímpetu y empieza a bajar, mi pecho, mi abdomen, por fin se la mete en la boca con mucho cuidado y empieza a jugar con ella. Me encanta, estoy sintiendo muchísimo placer y se lo hago saber, mi respiración es muy fuerte, mis manos le agarran con fuerza y parce que le gusta, su lengua recorre toda mi polla haciendo que yo tiemble de placer, tengo la sensación de que estoy en una nube, solos los dos, sólo existe él, y no se va a acabar nunca... Vuelve a besarme y yo cojo su polla mientras con la otra mano acaricio su espalda, él coge la mía, intentamos coger un ritmo. Estoy deseando que se me corra encima, quiero notarlo. Se que él quiere lo mismo de mi y se lo voy a dar. El placer no me deja hablar, si no le diría que lo quiero, estoy a punto de correrme y consigo decírselo -perfecto- contesta, y me besa, y mi polla explota. Me encanta que me besen mientras me corro.

He terminado y el juega con mi semen sobre mi abdomen mientras yo le pajeo, está disfrutando y me gusta verlo, intento meterme su polla en la boca otra vez, pero me avisa de que se va a correr así que sigo pajeándole mas rápido y clava sus dedos en mi pierna. Me duele y eso me gusta, no sabría explicarlo, se está corriendo y al verlo diría que me he puesto cachondo otra vez pero no hay tiempo...

El negro de la playa desierta

Esto es lo más excitante que me ha pasado. Todo sucedió durante unas vacaciones en la playa, estábamos tomando el sol pero yo tenía ganas de broncearme desnudo y por la cantidad de gente que había y al no ser una playa nudista no podía hacerlo, entonces alquilé una bicicleta marina y me fui a buscar un lugar donde pudiera asolearme y bañarme en el mar totalmente desnudo como a mi me encanta. Pedaleé durante unos 10 minutos y encontré una playita totalmente desierta y muy hermosa, tendí mi toalla, me quité el speedo y me tumbé al sol.

Llevaba algunos minutos cuando sentí un ruido, yo estaba boca abajo así que levanté la cabeza y apareció ante mí un hombre negro como de 1.80 de alto, delgado y marcado con un cuerpo increíble. Sólo vestía una bermuda y era evidente la erección que tenía, yo hice como que no le había visto, pero no pude evitar sentir una tremenda excitación. El hombre se me acercó y me dijo qué hacía por acá tan solito. Levanté nuevamente la mirada y junto a la enorme y maliciosa sonrisa del hombre pude ver que tenía la verga muy dura y que le apuntaba hacia la derecha. Yo sonreí y él se quitó la bermuda. En ese momento me sentí a punto de reventar, creí que me vendría solamente con rozarme. Instintivamente me acerqué y lo empecé a masturbar, él me pegó a su cuerpo y me besó con mucha intensidad. Yo tengo muy buen cuerpo y buen culo pero era más bajo que él. Me levantó y quedé abrazado a su cuerpo con mis piernas, su verga casi me penetraba, me bajé y empecé a darle una mamada que me daba tanto placer como a él, que exclamaba y se movía. Me dijo que quería dar por ese culito tan rico. Yo tenía algo de miedo porque me imaginaba cuanto me iba a doler, pero me puse en cuatro sobre la toalla y él se lubricó ese tremendo vergón de 20 cms y me lo empezó a meter.

Al principio me dolió pero me lo fue metiendo poco a poco y cada vez sentía más placer. Mi excitación y placer no tenían límite. Luego él me levantó y me puso en la posición inicial, yo abrazado a su cuerpo con mis piernas, y me penetró de una manera que nadie lo había hecho. Me dijo que iba a eyacular y le dije que lo hiciera en mi pecho, pero me dijo que no me lo quería sacar, que me masturbara para venirnos al tiempo. Así lo hice, gritamos de placer y nos movimos tan rico que sentí que me desvanecía por momentos. Luego se arrodilló sin dejarme bajar y se acostó sobre mí sin sacármelo. Me dijo que había sido increíble y yo también le dije que lo había disfrutado mucho. El sudor nos cubría totalmente y el olor a macho que despedía este hombre era enviciador.

Sexo con el chico de la universidad, mientras él dormía.

Hola a todos. Mi nombre es Johann tengo 24 años y soy de La Paz, Bolivia. Mi historia comienza hace unos dos años cuando estaba en segundo año de carrera universitaria, en ese entonces accedí a la Beca Comedor de la UMSA y uno de esos días en que nos tocaba cobrarla vi por primera vez al hombre que se convirtió en mi fantasía. Era un muchacho esbelto, moreno, con un corte de cabello corto estilo militar, tenía una masa muscular bien formada, se podía distinguir claramente que su amplio pecho tenía dos pectorales bien formados y duros, sus brazos eran como dos troncos gruesos, su cuello recto y sobre todo se podía apreciar que tenía una verga grande por el bulto que hacía debajo de su pantalón. Ese día me quedé mirándolo sin que se diera cuenta, no podía creer que hubiese un hombre así en la Universidad. Desde ese día se me entró el deseo de sentir su verga dentro de mí.

Después de algún tiempo supe que estudiaba Administración de empresas, otra carrera de la misma facultad, y yo estaba en Contaduría pública, por ese motivo le veía mas a menudo, pero no sabía como hacerme su amigo, que eso era lo primero que debía conseguir. Justo un día me decidí a hablarle y hacer realidad mi deseo, cabalgar en su verga sin importarme el dolor.
Era aniversario de la Carrera de Administración de empresas, ese día sería un derroche de borrachera y yo aprovecharía ese momento para hacer realidad mi deseo. Cuando llegué a la fiesta entré a buscarlo y lo encontré, estaba en una mesa bebiendo con sus cuates y algunas chicas. Para mi suerte estaba entre ellos un cuate mío de frikinternet.com y fui a saludarlo, los tuve que saludar a todos y me invitaron a compartir la mesa y el trago, yo estaba nervioso y feliz de lo que estaba pasando no podía creer que estaba al lado del hombre que me gustaba.

Esa noche estuvimos hasta al una de la madrugada, yo no bebí mucho, pero lo chicos sí y Raúl también, que así se llamaba el chico. Cada uno se fue por su lado, unos con unas chicas y a otros les recogieron sus cuates. Como yo no estaba tan mal, me pidieron que llevase a Raúl a su casa. Yo quería tenerlo esa noche para mi y como él me comentó que era de una familia de escasos recursos no podía llevarlo, entonces pensé algo rápido, decidí llevarlo a un alojamiento, al final como estaba borracho les diría que era para pasar la noche y no habría sospechas.

Eso fue lo que hice, agarré un taxi y lo llevé a un alojamiento en la Calle América, lo subí y cuando llegamos al cuarto lo puse sobre la cama y me apresure a desnudarlo. Era lo mas excitante que había visto en mi vida, él estaba inconsciente y no se daba cuenta de lo que estaba pasando. No pude resistir la tentación de chupar esa verga que era la mas grande que mis ojos habían visto, luego lo empecé a besar y a lamer todo esos músculos que estaban tan bien definidos. Cuando lo besé en su cara y en sus labios me di cuenta que tenía perforaciones en ambas orejas y eso me excitaba, me apresuré en ponerle dos piercings cuadrados pequeños y blancos, esos que estaban de moda, eso me éxito mas aun y luego le puse unas gafas oscuras grandes. Se veía el hombre mas bello y guapo que pude conocer.

Poco a poco, de tanto chuparle la verga se puso dura como un hierro. Él era muy pesado y apenas pude darle la vuelta para ponerlo de costado, luego acerqué mi ano para que me entrara la verga pero parece que no reaccionaba. Le puse mucha saliva para que entrara y así resbaló la cabeza de esa verga tan rica en mi trasero, pero como me dolió la tuve que sacar rápidamente. Lo intenté una vez mas y se volteó otra vez de espaldas, luego me senté sobre su verga, que hizo doler mucho, pero no había respuesta. Yo quería que él moviese, intenté otra vez de costado, puse esa verga tan dura en mi trasero y empecé a sacar y meter la punta de su pene y en una de esas reaccionó y me encajó un poco mas, luego dejé de moverme y el seguía. Estaba medio dormido y yo le hablaba suave:
- ¿Te gusta?
- Si.

Siguió moviéndose y luego dejó de hacerlo, su verga también se había vuelto suave. En el último intento le chupé la verga hasta ponerla dura y ya se estaba moviendo en mi boca. Entonces lo ensalivé y lo puse a la entrada de mi ano, entró, era lo mas rico que estaba sintiendo pero era mucho peso sobre mi, casi no podía moverme. Le agarré su cintura e hice que se moviera, que metiera y sacara esa verga maravillosa. De repente el despertó, me agarró con todas sus fuerzas y me encajó todo ese bulto que estaba como un palo grueso. Yo grité de dolor pero él me tapó la boca y me dijo susurrándome al oído:
- ¿No era esto lo que querías?

Poco a poco comenzó a hacerme el amor. Que rico estaba, se puso en posición de hacer flexiones y me la estaba encajando brutalmente, podía escuchar cómo sonaban sus testículos cuando se estrellaban en mis nalgas. Luego me agarró las piernas hacia arriba, bien estiradas y él se puso de rodillas y me la metió así. Estaba muy excitado y yo sólo me dejaba coger. Luego me volteó a la cama, se echó sobre mí y también me la metió así. Después me pidió que me sentara sobre su verga y cabalgase sobre ese pedazo de carne tan grueso y para acabar me pidió que lo abrazara, con esos brazos tan fuertes me alzó de las piernas y puso su verga en mi trasero. Me la metió así, él hacía que yo me moviera sobre su verga y antes de eyacular nos caímos en la cama quedando en la posición de patas al hombro y así sacó toda esa leche que había guardado durante tanto tiempo. Cuando eyaculaba me la metía mas y mas. Nos quedamos respirando los dos juntos de cansancio. Yo me quedé acariciando toda esa musculatura y cuando sacó su verga vi cómo chorreaba el semen de mi ano. Fue lo mejor que me pudo pasar. Ahora lo hacemos una vez por semana, y sigue usando los piercings y las gafas como recuerdo de nuestra primera vez porque sabe que eso me excita mucho.

Follar con el ligue del chat y despues rematarlo con un viejo amigo.

La historia que os voy a contar sucedió un viernes de otoño soleado y algo cálido, las hojas de los árboles empezaban a caer unas encimas de otras y la mañana transcurría sin mucha acción desaprovechando la oportunidad de encontrarme solo en casa. La tarde empezó con una gran idea en la sobremesa: entrar al chat.

Encendí mi ordenador en busca de alguien con el que pasar una buena tarde hablando en principio y según se desarrollasen las cosas se vería donde llegar sin exceso ya que me considero una persona sensata y nada putón. Después de pasar un rato en busca de alguien con quien mantener una buena encontré a uno que por la descripción y su forma de hablar parecía interesante. Nos facilitamos nuestro correo electrónico y la cosa empezó a tomar forma y a calentarse.

Primero hicimos presentaciones y seguidamente nos facilitamos fotos de cómo éramos cada uno y en ese momento tan critico todo salió bien y nos gustamos físicamente. La cosa se puso interesante. Seguimos charlando y una cosa llevó a la otra, yo le facilité mas fotos sobre todas la partes de mi cuerpo, incluida mi polla y él a través de su webcam me dejó ver lo que se escondía debajo de su bóxer, algo que crecía a raíz de mis fotos facilitadas y mis comentarios. Terminamos el encuentro, él desnudo ante la cam con su polla muy dura y yo aun más que él, descargando nuestras pollas llenas de leche. Nos facilitamos los teléfonos con intención de esa misma tarde noche ponerlo de nuevo en práctica pero en su casa.

Yo tengo 25 años mido 175 y peso 64 kilos. Delgado y definido con buen cuerpo, poco vello, guapete y con una bonita polla. Él era un ejecutivo de 36 años, con buen cuerpo, delgado, un poco mas alto que yo y también bien dotado. Me desplacé hasta su casa y comentamos un poco la paja de la tarde, entonces empezamos a dar rinda suelta a nuestros deseos. Nos desnudamos y empezamos a besarnos, a comernos mutuamente y a deslizar nuestras manos por las pollas. Se pusieron duras en poco tiempo y no tardamos mucho en agrandar las bocas y hacer un 69 dándonos placer mutuamente. Después de unas buenas mamadas y de buenos roces continuamos explorando nuestros definidos cuerpos mientras la excitación nos podía y dejamos el escenario del agradable sofá del salón para pasar a la gran cama de sabanas rojas y espejo en el techo. Nuestras pollas empalmadas y sus relucientes capullos estaban a mil y deseosas de disfrutar del cuerpo contrario. Los dos éramos versátiles y nos follamos mutuamente mirándonos al espejo mientras nos besábamos y nos aferrábamos fuertemente al culo del otro para sentir aún más la penetración. Después de follarme y darme un gran placer continuamos con mucha pasión las mamadas, los besos, los magreos y todo lo deseado. Seguidamente me puso su redondo culo ante mi y se la metí sin durarlo hasta quedar rendido de darle placer y de sentir placer mientras me miraba en el espejo. Nos corrimos juntos, yo dentro de su culo y él encima de su pecho mientras yo me lo follaba. Después de tanto calor y deseo nos dimos una buena ducha juntos y terminamos tomando algo en esa gran cama con caricias y con ganas de mas.

Se hizo tarde y yo decidí regresar a mi casa pero mi sorpresa fue que cuando abandoné su casa tenía un mensaje en el móvil de un antiguo conocido con el que había tenido encuentros sexuales y no quise desaprovechar la ocasión. Este conocido vive fuera de mi ciudad pero viaja de vez en cuando alojándose en los mejores hoteles y disfrutándolos junto a mí. El mensaje decía: Estoy en tu cuidad en el hotel AC, te apetece quedar? Yo estaba cansado y con la polla recién descargada pero no podía dejar pasar la oportunidad de pasar un buen rato con un buen amigo. Este chico lo conocí una noche hace casi ya dos años y desde entonces cada vez que visita mi ciudad intentamos quedar. Él es modelo, bastante guapo, con un buen cuerpo y una polla bonita. Le llamé y concretamos y en poco más de media hora estaba en su hotel. Él me esperaba como siempre con su bonita sonrisa, en calzoncillos de las mejores marcas y en camiseta interior para calentar el ambiente. En poco menos de 5 minutos estábamos los dos desnudos dejando que nuestros cuerpos se fusionaran y disfrutando el uno del otro. Mientras gozamos juntos disfrutamos de comentarios, masajes, confesiones de sentimientos del uno hacia el otro y hay una buena armonía a parte del sexo entre nosotros. Yo me desplacé hacia abajo comiéndome su bonita polla y recordaba su labios, corría a por ellos dejando la polla y deseoso de sus labios. Él buscaba mi boca y me besaba mientras me acariciaba la espalda. El sexo duró casi una hora, llena de besos, morreos, mamadas, penetración, caricias, abrazos fuertes, etc. Fue una mezcla entre amor y sexo de desconocido, algo que nos excitó y disfrutamos mucho juntos.

Todo esto tiene una moraleja, que pensaba que yo no era puto y después de esto muy santo no soy. La verdad es que si encuentras a alguien que te pone te da igual el lugar y el tiempo, te lo montas donde puedas y si puedes repetir, mejor.