jueves, 2 de abril de 2009

Amigos del internado

Eran las ocho de la mañana y el despertador de la habitación de mi internado estaba sonando. Como siempre, ninguno de mis compañeros se iba a levantar a apagarlo. Cinco minutos después llegaba el profesor de gimnasia a decirnos que lo apagáramos y, como siempre, me tocó a mí. Cuando miré hacia la cama de uno de mis compañeros (que me gusta mucho y esta realmente bueno y que a partir de ahora le llamaré chico X) ya estaba allí la puta de su novia besuqueándole (a la que yo, falsamente, llamo "amiga"). Miré hacia mis otros dos compañeros que estaban todavía dormidos. A por cierto, me llamo Alejo y acabo de cumplir los 18 años.

Todas las clases transcurrieron con normalidad y llegó el esperado final de la clase de gimnasia. Fuimos al vestuario para ducharnos y como somos tantos chicos en la clase nos duchamos por turnos. Yo siempre intento colocarme en la ducha de al lado del chico X. Esta vez, lo conseguí. No hubo nada especial, pero he de deciros que tiene una muy buena verga y cuando se agachó a coger el jabón le toqué el culo con disimulo.

Ya por la tarde, estaba yo solo en nuestra habitación leyendo en mi cama cuando entró Yon, uno de mis compañeros de habitación:
-Hola- Le dije sin levantar la vista del libro.
-Como que hola- Dijo él. Su actitud me pareció extraña, ya que está siempre de mal humor conmigo sólo por ser yo homosexual y sin embargo él siempre estaba besándose con las chicas por ahí.
Levanté la mirada del libro y... ¡estaba desnudo! Se acercó a mi cama, me cogió de la muñeca y me empujó contra el armario. A mí nunca me había gustado aunque estaba muy bueno. Me hacía mucho daño, yo empecé a gritar que parase y él me quitó los pantalones y me rasgó la camiseta. Sentía su miembro contra mi culo y con una mano me tapó la boca y la otra me la metió dentro de los calzones y empezó a sobarme el pene. Pero ya era tarde, acababan de entrar por la puerta de la habitación una limpiadora y el jefe de estudios.
-Yon!- Gritó el jefe de estudios-suelta a Alejo ahora mismo.
Pero él no le hizo caso y mirándole siguió apretándome contra el armario con su pene; yo estaba llorando.
-Yon- Dijo otra vez- ¡Ya!
Y Yon me soltó. La limpiadora me recogió, me llevó a mi cama y me abrazó.
-Vístete ahora mismo y ven conmigo al despacho- Siguió el jefe de estudios.
Después llegaron Eli (esta si es amiga de verdad) y el chico X; la limpiadora se fue y Eli ocupó su lugar.

Ya por la noche estaba yo solo otra vez en la habitación ya que Yon estaba castigado en la biblioteca, mi otro compañero estaba en la habitación de su hermana pequeña y el chico X estaba en el bar puesto que hoy era la noche en la que el colegio podía dar alcohol a los mas mayores.

Cuando iba ya por el último capítulo de mi libro, oí la puerta abrirse y un olor a alcohol inundaba la habitación.
-Hola- Me dijo el chico X.
-Hola- Respondí yo levantando la vista del libro.
Iba sin camiseta, con todo el pecho mojado y tuve un impulso de tirarme a por él.
-¿No estas un poco borracho?
Se tumbó encima mio con la cara muy cerca de la mía y me dijo que a lo mejor era yo el que estaba mal. Se volvió a levantar y tambaleándose se quitó los pantalones y los bóxer. Tenía su miembro erecto. Se volvió a acercar a mí y me quitó los pantalones de un tirón. Yo me quedé muy sorprendido. Puso su cara sobre mi paquete, mi pene ya estaba erecto, luego levantó la cara y empezó a jugar con mi miembro erecto por encima del bóxer. Yo estaba quieto, casi sin respirar y no sabía lo que hacer. Me bajó el bóxer y empezó a mamar tan rápido y bien que no pude evitar soltar unos gemidos de placer. -Te gusta, ¿verdad? Esto es lo que te gusta ¿no? Pues toma, maricón.
Y me dio la vuelta y me metió su miembro dentro y grité de dolor y placer. Siguió cada vez más fuerte. Bajó su cara hasta la mía y me lamió la mejilla. De repente sentí un placer increíble y él sacó su pene, me dio la vuelta otra vez y me echó todo su esperma en el pecho. Me levanté, él se tumbó boca arriba y yo me tumbé sobre su pecho y me dio un beso como jamás me lo habían dado.

Dormimos toda la noche. Me levanté y él todavía estaba dormido. No había nadie más en la habitación. Me vestí y bajé a desayunar.
Como era el día de mi cumpleaños todo el mundo me felicitó. Cuando estaba terminando de desayunar bajó el chico X y se sentó enfrente de mí, no dijo nada.
A las doce, vinieron mis padres a recogerme, yo ya estaba con mis maletas abajo y vinieron mis padres a recogerme. Justo cuando iba a subirme al coche escuché mi nombre, me di la vuelta y era el chico X que llegó a mi lado y me felicitó.
-¿Y tú eres...?- Preguntó mi padre, que tenía mis maletas en la mano.
-Su novio- Y me dio un beso en la boca y salió corriendo hacia el colegio.
-¡Sube al coche!- Gritó mi padre.

Subí al coche y, mirando hacia atrás, dije: Marcos!
FIN

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