miércoles, 15 de abril de 2009

Prisionero sexual en el día de mis cumpleaños

Ocurrió a principios de este mes, en fecha de mi cumpleaños. Días antes había terminado con mi novio después de una relación de 3 a 4 años de duración. Comprenderán que no me encontraba bien por este detalle. Sin embargo tengo un grupo de amigos quienes conocían mi situación y a pesar de ello organizaron una pequeña reunión en la cual bebimos unos tragos y cosas así. En eso, uno de ellos nos propuso ir a una disco gay. Todos estaban deseosos de hacerlo, uno de ellos me dijo que lo pasaríamos bien, entonces decidí irme con ellos.

Me puse un jean y un polo negro de manga cero, ya que tengo buen físico porque voy al gimnasio y también me dicen que soy atractivo. Ingresamos a la disco y vi a muchos muchachos y personas mas mayores con mucha euforia, pasándolo bien. Me dije a mi mismo que había bastante carne fresca y buena para comer esa noche. No tomé en cuenta que alguien me estaba viendo a mí como carne fresca lista para servirse.

Fui caminando y viendo si había alguien conocido, en eso alguien tropieza conmigo. Sentí algo duro en mi pierna, a lo cual no di importancia. Me fui al lado de mis amigos con los cuales platicamos y reímos bastante. Uno de ellos me invitó a bailar. Mientras bailamos vi que otro muchacho me hacía señas. Después de unos minutos sentí nuevamente algo duro chocando con mis glúteos, luego un dolor porque alguien también me pellizcaba. No logré ver de dónde venía. Luego vi que el muchacho que me hacia la señal estaba atrás de mi bailando y cada vez que yo daba vuelta me hacía la misma señal, me indicaba ir al lavabo. Luego de unos minutos accedí y fui al lavabo.

Según entré sentí que alguien me empujaba y cerraba la puerta. Cuando me di vuelta vi que era el muchacho que me hacía señas. Quise preguntarle pero no me dio tiempo, me agarró de tal manera que me sometió y empezó a besarme de tal forma que me dominaba ya prácticamente. Sentía que estaba a punto de ser violado, estaba un poco asustado ya que era más alto y robusto que yo. Me sometía fácilmente a su gusto, casi nada podía hacer ya que apenas podía respirar. Fue apegándose más a mi cuerpo, fue ahí cuando volví a sentir ese bulto, era su polla que estaba erecta. Me la hizo sentir en mi cuerpo mientras me besaba. No entendía qué pasaba pero me besaba tan rico que mi mente no atinaba a responder para defenderme, sólo quería sentir esos labios y brazos fuertes que me sometían y empezaba a sentir placer. Me agarró de la cintura mientras me besaba el cuello, las orejas, prácticamente sentía que me estaba violando, pero yo quería más porque ya estaba excitándome.

Apenas logré preguntarle su nombre, me dijo que se llamaba Sergio y volvió a cerrarme la boca con aquellos besos tan profundos que sentía que me quería comer vivo. Logré zafarme un poco y le pregunté qué hacía. Me dijo: - Soy tu regalo de cumpleaños, y tú serás mi regalo la próxima semana”. Le pregunté porqué lo hacía, y me llamó de mi nombre y apellidos. Eso me dejó sorprendido y me volvió a atrapar en sus brazos, me arrinconó a la pared mientras empezaba a desvestirme. Ya su mano estaba dentro de mi jean tocando mis glúteos, acariciándolos, al mismo tiempo me decía que quería poseerlo.

No me quedó más que entregarme a ese placer, lo sentí muy ardiente abrirle el cierre de jean, logré llegar a su polla, para tragármela completa. Esta vez él estaba en mi poder, se la mamé de tal forma que sólo escuchaba sus gemidos de placer que se confundía con la música de fuera. Le bajé los jeans y empecé a disfrutar su cuerpo, me levantó con sus brazos poderosos y me besó nuevamente para quitarme el polo y empezar a lamer todo mi cuerpo. Llegó a mis glúteos, lamía mi espalda de arriba abajo y luego mis nalgas de manera circular, al fin llegó a mi culito, el cual latía de deseo de ser penetrado, de recibir aquel delicioso manjar del cual era prisionero. Sin embargo la razón me decía que algo no andaba bien. Reaccioné un poco, le pregunté porqué hacía eso si ni siquiera lo conocía. Me respondió que sabía todo de mi, dijo mi nombre y luego me besaba, me dijo que era mis cumpleaños y volvió a besarme, me dijo que había terminado con mi ex y que ahora le pertenecía, me dijo muchas cosas de mí y me besaba de manera intermitente.

No entendía cómo conocía tanto de mí. Luego me dijo que me había visto en un karaoke dos semanas atrás y que le gusté demasiado y que desde ese momento se propuso tenerme. Ni bien terminó la última palabra, me atrapó nuevamente en sus brazos y me dio la vuelta, momento en el cual sentí su polla erecta rozando mi culito, que latía de ansiedad de ser penetrado al sentir su polla. Entonces me dice dijo: - Sopla la vela. No le entendí, me dijo nuevamente: Sopla la vela. Ahí me hizo sentir la cabeza de su polla alrededor de mi ano, entendí el mensaje y empecé a moverme para que su polla sintiese mi culito, me dijo en ese instante: - Feliz cumpleaños. Mientras empezaba a penetrarme. Una vez dentro de mí, me susurró al oído: - Tienes 19 centímetros dentro de ti que están marcando territorio para siempre. Sentí como entraba y salía de mi culito, sus brazos poderosos aferraban mi cuerpo, solo tenían una finalidad, tenerme. Al ritmo de él empecé a moverme como una putita, pues me había capturado. Estaba prisionero por un hermoso hombre el día de mis cumpleaños. Me moví mucho para sentir ser penetrado por su polla, una estaca que entraba y salía en todas direcciones. Yo quería más y más hasta que empecé a escuchar sus gemidos de placer y el grito del clímax al que llegó, disparándome su leche calientita en mi interior. Al finalizar, no quiso soltarme, sólo me decía que ya era de él y que a partir de ese momento era suyo, su putita, y que no iba a dejarme escapar. Nos vestimos, cuando recién nos dimos cuenta que había gente afuera queriendo entrar al lavabo, me beso y me saco abrazándome, mis amigos nos vieron y solo sonrieron, creo que fueron cómplices de estar prisionero el día de mis cumpleaños, ahora estoy prisionero de él.

0 comentarios:

Publicar un comentario