miércoles, 15 de abril de 2009

Con el ligón del barrio, después de una noche futbolera

A veces cuando una persona se fija un propósito, éste se puede volver realidad.

Yo tenía apenas 18 cuando un sueño erótico que llevaba frustrado más de 3 años se volvió realidad. Todo comenzó una noche de mundial de fútbol. Unos amigos y yo habíamos decidido ver los partidos y quedarnos a dormir ya que éstos se retransmitían desde Japón. Acordamos en dormir todos juntos a pesar de lo estrechos que quedábamos y de la incomodidad. Cuando acabó el encuentro nuestro equipo quedó ganador y fue tanta la dicha que nos animamos a quedarnos a ver el siguiente partido. De repente el hermano mayor del dueño de la casa llegó un poco tomado y con su otro amigo, ellos también querían ver el juego y ahora la incomodidad se hacía más grande.

La habitación constaba de dos camas gemelas y para ser mas amplio el lugar decidieron acomodar un colchón en el piso de la habitación, junto a la ventana del cuarto estábamos un primo y yo, en el suelo Esteban (el dueño de la casa) y su hermano mayor, y en la otra cama Cristian y Xandro, el amigo de dueño de la casa. Estábamos tomando, jugando, hablando cosas de hombres, pero claro yo me sentía incómodo ya que en esos temas no me desenvolvía muy bien. Pasado un rato el sueño derrotó a mas de uno y sólo quedamos despiertos mi primo, el hermano mayor de Esteban y yo.

Juan David, que así se llamaba el hermano, es un hombre muy bello, alto, de cuerpo promedio y todas las chicas del barrio hablaban de que tenía un paquete muy grande, lo cual me llenaba de curiosidad y morbo pero no iba a pasar de ahí. Juan David, que yacía en el piso, le pidió el favor a mi primo de cambiar de puesto con él ya que estaba muy incómodo y deseaba dormir placenteramente ya que tenía que madrugar para ir a trabajar. En ese momento me llené de nervios, tenía al hombre mas guapo de mi barrio durmiendo junto a mí. Pensaba en que no iba a pasar nada y que al amanecer todo sería igual pero el pensamiento me traicionaba y me hacía imaginar cosas eróticas, pero claro, él tampoco ayudaba a bajarme la calentura ya que empezó a decir que él dormía solo en boxers y que cuando estaba acompañado por alguien le gustaba dormir entrepernado. Yo me sentía morir, mi corazón latía al 100% y mi imaginación volaba hasta lo más recóndito de mis malos pensamientos.

Después de un rato todo lo que estaba sintiendo se calmó y de repente me quedé dormido en posición de cucharita, como se le dice en mi país. Esta posición consiste en dormir como en estado fetal mientras la otra persona rodea la espalda con su cuerpo quedando totalmente juntos. Yo sentía su calor y su respiración en mi nuca. Su aliento a licor entraba por mi nariz. Minutos mas tarde sentí como su pelvis se retorcía en mis glúteos y cómo sus manos acariciaban mi erecto pene con mucha suavidad y sutileza sobre mi ropa. Me puse muy nervioso y quité su mano de mi paquete pero el insistía hasta que mi debilidad me tomó totalmente. Prácticamente él hizo todo el trabajo para desvestirme, todo con movimientos suaves para no despertar a ninguno de los que dormían placenteramente. Logró bajar mi cremallera y quitarme el pantalón y sentí un calor inmenso en mi trasero. Mi ano de repente empezó a dilatarse y mi pene sentía explotar con la enorme erección que tenía. Yo quedé atónito, no sabía que hacer, pero con sus movidas y sus manos viajando por todo mi cuerpo fui entrando en confianza y empecé a tocarle su paquete por encima del bóxer. Me sentía morir, tenía todo eso en mis manos.

Empezamos a masturbarnos mutuamente y nos dimos el primer beso con tanta fuerza y desesperación que ya no nos importaba cuanta gente había en ese lugar, lo único que nos importaba era deshacernos de esas ganas que nos dominaban en ese momento. Yo ya entrado en confianza bajé desde sus labios hasta su grande y jugoso pene mamándolo de arriba a abajo y tocando su ano, que se dilataba. Él intentaba coger mi boca haciendo movimientos muy bruscos, eso me llenaba de excitación. De repente él me subió para seguirnos besando y me volteó de espaldas, llenó de saliva su mano y la introdujo en mi ano haciéndome gemir de pasión y llegó el momento: Introdujo su pene con tal suavidad que apenas sentí dolor, un dolor que rápidamente se convirtió en un placer desmesurado. Sus movimientos contra mi espalda se hacían cada vez más bruscos mientras sus manos me masturbaban con fuerza. El placer fue tal que me corrí al instante. Con sus manos bañadas en leche recorrió todo mi cuerpo hasta llegar al suyo y empaparse de mi semen. Luego en un beso apasionado con fuerza, de esos besos que uno no quiere soltarse jamás porque piensa que puede morir si lo hacen, metía su lengua hasta mi garganta y mordía mis labios con suavidad. En medio del beso sentí como mi ano se llenaba de algo que me producía mas placer. Él sacó de inmediato su polla y se vino más en mi espalda y la frotó por todo mi ser. Aunque para ese momento yo ya me había corrido, otra erección me surgió. Ya estábamos empapados de sudor y de olor a sexo pero cuando el notó que mi pene seguía aún erecto se lanzó contra él y lo metió en su boca haciendo movimientos circulares con su lengua que hacían que me retorciera de placer. Lo metía y lo sacaba rápidamente y con una mano introducida en mi ano hacían la clave perfecta para que me corriera de nuevo.

Luego de eso nos abrazamos y nos quedamos dormidos. Cuando desperté me sentía pegajoso y sudoroso pero estaba con él y eso me arrechaba mas. Me levanté y me fui al baño, cuando regresé a la cama él estaba de nuevo con una erección así que en la cama hicimos un equilibrado 69 y luego de tanto fervor me corrí. Él de repente me besó y pasó toda mi leche a mi boca, yo se la devolví para que él se la tomara y me arrojé contra su pene para tomarme la de él. Me acomodé de nuevo para ahora si descansar y me quedé dormido hasta el medio día. Fui el primero en despertar de todos, él ya no estaba, pero mejor, para no infundar sospechas en nadie.

Esa noche de placer todavía la recuerdo en mis momentos de masturbación, nunca olvidaré su gran polla en mi pequeño ano y en mi estrecha garganta, sus manos paseando por todo mi cuerpo...

Prisionero sexual en el día de mis cumpleaños

Ocurrió a principios de este mes, en fecha de mi cumpleaños. Días antes había terminado con mi novio después de una relación de 3 a 4 años de duración. Comprenderán que no me encontraba bien por este detalle. Sin embargo tengo un grupo de amigos quienes conocían mi situación y a pesar de ello organizaron una pequeña reunión en la cual bebimos unos tragos y cosas así. En eso, uno de ellos nos propuso ir a una disco gay. Todos estaban deseosos de hacerlo, uno de ellos me dijo que lo pasaríamos bien, entonces decidí irme con ellos.

Me puse un jean y un polo negro de manga cero, ya que tengo buen físico porque voy al gimnasio y también me dicen que soy atractivo. Ingresamos a la disco y vi a muchos muchachos y personas mas mayores con mucha euforia, pasándolo bien. Me dije a mi mismo que había bastante carne fresca y buena para comer esa noche. No tomé en cuenta que alguien me estaba viendo a mí como carne fresca lista para servirse.

Fui caminando y viendo si había alguien conocido, en eso alguien tropieza conmigo. Sentí algo duro en mi pierna, a lo cual no di importancia. Me fui al lado de mis amigos con los cuales platicamos y reímos bastante. Uno de ellos me invitó a bailar. Mientras bailamos vi que otro muchacho me hacía señas. Después de unos minutos sentí nuevamente algo duro chocando con mis glúteos, luego un dolor porque alguien también me pellizcaba. No logré ver de dónde venía. Luego vi que el muchacho que me hacia la señal estaba atrás de mi bailando y cada vez que yo daba vuelta me hacía la misma señal, me indicaba ir al lavabo. Luego de unos minutos accedí y fui al lavabo.

Según entré sentí que alguien me empujaba y cerraba la puerta. Cuando me di vuelta vi que era el muchacho que me hacía señas. Quise preguntarle pero no me dio tiempo, me agarró de tal manera que me sometió y empezó a besarme de tal forma que me dominaba ya prácticamente. Sentía que estaba a punto de ser violado, estaba un poco asustado ya que era más alto y robusto que yo. Me sometía fácilmente a su gusto, casi nada podía hacer ya que apenas podía respirar. Fue apegándose más a mi cuerpo, fue ahí cuando volví a sentir ese bulto, era su polla que estaba erecta. Me la hizo sentir en mi cuerpo mientras me besaba. No entendía qué pasaba pero me besaba tan rico que mi mente no atinaba a responder para defenderme, sólo quería sentir esos labios y brazos fuertes que me sometían y empezaba a sentir placer. Me agarró de la cintura mientras me besaba el cuello, las orejas, prácticamente sentía que me estaba violando, pero yo quería más porque ya estaba excitándome.

Apenas logré preguntarle su nombre, me dijo que se llamaba Sergio y volvió a cerrarme la boca con aquellos besos tan profundos que sentía que me quería comer vivo. Logré zafarme un poco y le pregunté qué hacía. Me dijo: - Soy tu regalo de cumpleaños, y tú serás mi regalo la próxima semana”. Le pregunté porqué lo hacía, y me llamó de mi nombre y apellidos. Eso me dejó sorprendido y me volvió a atrapar en sus brazos, me arrinconó a la pared mientras empezaba a desvestirme. Ya su mano estaba dentro de mi jean tocando mis glúteos, acariciándolos, al mismo tiempo me decía que quería poseerlo.

No me quedó más que entregarme a ese placer, lo sentí muy ardiente abrirle el cierre de jean, logré llegar a su polla, para tragármela completa. Esta vez él estaba en mi poder, se la mamé de tal forma que sólo escuchaba sus gemidos de placer que se confundía con la música de fuera. Le bajé los jeans y empecé a disfrutar su cuerpo, me levantó con sus brazos poderosos y me besó nuevamente para quitarme el polo y empezar a lamer todo mi cuerpo. Llegó a mis glúteos, lamía mi espalda de arriba abajo y luego mis nalgas de manera circular, al fin llegó a mi culito, el cual latía de deseo de ser penetrado, de recibir aquel delicioso manjar del cual era prisionero. Sin embargo la razón me decía que algo no andaba bien. Reaccioné un poco, le pregunté porqué hacía eso si ni siquiera lo conocía. Me respondió que sabía todo de mi, dijo mi nombre y luego me besaba, me dijo que era mis cumpleaños y volvió a besarme, me dijo que había terminado con mi ex y que ahora le pertenecía, me dijo muchas cosas de mí y me besaba de manera intermitente.

No entendía cómo conocía tanto de mí. Luego me dijo que me había visto en un karaoke dos semanas atrás y que le gusté demasiado y que desde ese momento se propuso tenerme. Ni bien terminó la última palabra, me atrapó nuevamente en sus brazos y me dio la vuelta, momento en el cual sentí su polla erecta rozando mi culito, que latía de ansiedad de ser penetrado al sentir su polla. Entonces me dice dijo: - Sopla la vela. No le entendí, me dijo nuevamente: Sopla la vela. Ahí me hizo sentir la cabeza de su polla alrededor de mi ano, entendí el mensaje y empecé a moverme para que su polla sintiese mi culito, me dijo en ese instante: - Feliz cumpleaños. Mientras empezaba a penetrarme. Una vez dentro de mí, me susurró al oído: - Tienes 19 centímetros dentro de ti que están marcando territorio para siempre. Sentí como entraba y salía de mi culito, sus brazos poderosos aferraban mi cuerpo, solo tenían una finalidad, tenerme. Al ritmo de él empecé a moverme como una putita, pues me había capturado. Estaba prisionero por un hermoso hombre el día de mis cumpleaños. Me moví mucho para sentir ser penetrado por su polla, una estaca que entraba y salía en todas direcciones. Yo quería más y más hasta que empecé a escuchar sus gemidos de placer y el grito del clímax al que llegó, disparándome su leche calientita en mi interior. Al finalizar, no quiso soltarme, sólo me decía que ya era de él y que a partir de ese momento era suyo, su putita, y que no iba a dejarme escapar. Nos vestimos, cuando recién nos dimos cuenta que había gente afuera queriendo entrar al lavabo, me beso y me saco abrazándome, mis amigos nos vieron y solo sonrieron, creo que fueron cómplices de estar prisionero el día de mis cumpleaños, ahora estoy prisionero de él.

jueves, 2 de abril de 2009

Amigos del internado

Eran las ocho de la mañana y el despertador de la habitación de mi internado estaba sonando. Como siempre, ninguno de mis compañeros se iba a levantar a apagarlo. Cinco minutos después llegaba el profesor de gimnasia a decirnos que lo apagáramos y, como siempre, me tocó a mí. Cuando miré hacia la cama de uno de mis compañeros (que me gusta mucho y esta realmente bueno y que a partir de ahora le llamaré chico X) ya estaba allí la puta de su novia besuqueándole (a la que yo, falsamente, llamo "amiga"). Miré hacia mis otros dos compañeros que estaban todavía dormidos. A por cierto, me llamo Alejo y acabo de cumplir los 18 años.

Todas las clases transcurrieron con normalidad y llegó el esperado final de la clase de gimnasia. Fuimos al vestuario para ducharnos y como somos tantos chicos en la clase nos duchamos por turnos. Yo siempre intento colocarme en la ducha de al lado del chico X. Esta vez, lo conseguí. No hubo nada especial, pero he de deciros que tiene una muy buena verga y cuando se agachó a coger el jabón le toqué el culo con disimulo.

Ya por la tarde, estaba yo solo en nuestra habitación leyendo en mi cama cuando entró Yon, uno de mis compañeros de habitación:
-Hola- Le dije sin levantar la vista del libro.
-Como que hola- Dijo él. Su actitud me pareció extraña, ya que está siempre de mal humor conmigo sólo por ser yo homosexual y sin embargo él siempre estaba besándose con las chicas por ahí.
Levanté la mirada del libro y... ¡estaba desnudo! Se acercó a mi cama, me cogió de la muñeca y me empujó contra el armario. A mí nunca me había gustado aunque estaba muy bueno. Me hacía mucho daño, yo empecé a gritar que parase y él me quitó los pantalones y me rasgó la camiseta. Sentía su miembro contra mi culo y con una mano me tapó la boca y la otra me la metió dentro de los calzones y empezó a sobarme el pene. Pero ya era tarde, acababan de entrar por la puerta de la habitación una limpiadora y el jefe de estudios.
-Yon!- Gritó el jefe de estudios-suelta a Alejo ahora mismo.
Pero él no le hizo caso y mirándole siguió apretándome contra el armario con su pene; yo estaba llorando.
-Yon- Dijo otra vez- ¡Ya!
Y Yon me soltó. La limpiadora me recogió, me llevó a mi cama y me abrazó.
-Vístete ahora mismo y ven conmigo al despacho- Siguió el jefe de estudios.
Después llegaron Eli (esta si es amiga de verdad) y el chico X; la limpiadora se fue y Eli ocupó su lugar.

Ya por la noche estaba yo solo otra vez en la habitación ya que Yon estaba castigado en la biblioteca, mi otro compañero estaba en la habitación de su hermana pequeña y el chico X estaba en el bar puesto que hoy era la noche en la que el colegio podía dar alcohol a los mas mayores.

Cuando iba ya por el último capítulo de mi libro, oí la puerta abrirse y un olor a alcohol inundaba la habitación.
-Hola- Me dijo el chico X.
-Hola- Respondí yo levantando la vista del libro.
Iba sin camiseta, con todo el pecho mojado y tuve un impulso de tirarme a por él.
-¿No estas un poco borracho?
Se tumbó encima mio con la cara muy cerca de la mía y me dijo que a lo mejor era yo el que estaba mal. Se volvió a levantar y tambaleándose se quitó los pantalones y los bóxer. Tenía su miembro erecto. Se volvió a acercar a mí y me quitó los pantalones de un tirón. Yo me quedé muy sorprendido. Puso su cara sobre mi paquete, mi pene ya estaba erecto, luego levantó la cara y empezó a jugar con mi miembro erecto por encima del bóxer. Yo estaba quieto, casi sin respirar y no sabía lo que hacer. Me bajó el bóxer y empezó a mamar tan rápido y bien que no pude evitar soltar unos gemidos de placer. -Te gusta, ¿verdad? Esto es lo que te gusta ¿no? Pues toma, maricón.
Y me dio la vuelta y me metió su miembro dentro y grité de dolor y placer. Siguió cada vez más fuerte. Bajó su cara hasta la mía y me lamió la mejilla. De repente sentí un placer increíble y él sacó su pene, me dio la vuelta otra vez y me echó todo su esperma en el pecho. Me levanté, él se tumbó boca arriba y yo me tumbé sobre su pecho y me dio un beso como jamás me lo habían dado.

Dormimos toda la noche. Me levanté y él todavía estaba dormido. No había nadie más en la habitación. Me vestí y bajé a desayunar.
Como era el día de mi cumpleaños todo el mundo me felicitó. Cuando estaba terminando de desayunar bajó el chico X y se sentó enfrente de mí, no dijo nada.
A las doce, vinieron mis padres a recogerme, yo ya estaba con mis maletas abajo y vinieron mis padres a recogerme. Justo cuando iba a subirme al coche escuché mi nombre, me di la vuelta y era el chico X que llegó a mi lado y me felicitó.
-¿Y tú eres...?- Preguntó mi padre, que tenía mis maletas en la mano.
-Su novio- Y me dio un beso en la boca y salió corriendo hacia el colegio.
-¡Sube al coche!- Gritó mi padre.

Subí al coche y, mirando hacia atrás, dije: Marcos!
FIN

jueves, 19 de febrero de 2009

Compañeros de natacion

Para comenzar diré que me llamo José David, tengo 21 años y hasta hace unos años pocos me consideraba heterosexual. Ahora soy bisexual pues también me agrada tener sexo con mujeres. Mido 1,72 y peso 69 kilos. Tengo una verga de tamaño normal, 18 cm. de largo y 6 cm. de diámetro.

Tenía 13 cuando comencé mi vida sexual comiéndome toda mujer que se prestaba a saciar mis impulsos juveniles, pero a los 16 me cambió la vida por completo.
Gracias a Dios desde pequeño he tenido un buen físico, pero a los 16 me agarró un virus de gripe que me rebajó de peso en tan solo una semana, era uno de esos malestares que te tiran a la cama y te dejan sin ánimos de hacer nada. En fin, al sanarme me preocupé demasiado por lo delgado que quedé, entonces me metí en un grupo de natación de un club cerca de mi casa. Entrenaba entre las 6 y las 7 de la noche. Conmigo entrenaba un chico que ya había visto antes en el colegio pero nunca pensé algo malo de él, era muy discreto, se llama Marcos. Una noche, cuando terminamos de entrenar, nos fuimos a la ducha Algunos chicos vivían un poco retirados de allí así que no se molestaban en bañarse, solo se vestían y se marchaban. Marcos y yo preferíamos darnos una ducha antes de salir del club. Las regaderas eran estilo colectivo de modo que mientras uno se ducha puede ver a los otros también, lo cual era perfecto para aquellos momentos en que uno como hombre molesta a otros tirándoles agua o pegándoles con una toalla, ustedes saben, frikinautas.

Bueno, a lo que pasó esa noche! Marcos es de mi misma edad y tiene un cuerpo muy bacano pues él va al gym. Los dos entramos a las duchas, yo inocente de lo que iba a pasar, aún tenía mi speedo para lavarlo mientras me bañaba. Nos pusimos a hablar para conocernos mejor, nos preguntamos por las novias, por nuestros pasatiempos y claro el tema del sexo salió a flote. Él me dijo que aunque tenía novia aún se cascaba una pajita de vez en cuando y yo le dije que aun me la hacía pero que llevaba mucho sin halarme la colita. Todo comenzó a subir de tono cuando él preguntó que cómo me la hacía. Yo no puse malicia y le expliqué que me gusta hacérmela en el baño, aprovecho lo suave del jabón y lo sacudo más de lo habitual. Ostenté de que las pajas que me hacía eran magistrales pues suelen durar como 15 minutos mientras que, por conocimientos de mis amigos, ellos suelen durar poco. Marcos me llamó mentiroso, que una paja no duraba tanto, que le diera una muestra.

Yo le dije que estaba loco, que cómo me iba a masturbar en su presencia. Él dijo que no me preocupase, que el menearse con un amigo no tenía ningún problema, que él ya lo había hecho y que le parecía lo más normal. Me dijo que él me acompañaba en la paja y así aprovechaba y mediamos tiempos. Yo no estuve muy seguro y él me convenció haciéndome caer en la cuenta que estábamos solos, que no iba a salir de entre nosotros si ninguno decía nada de lo que pasase.

Cuando quise responder Marcos ya estaba completamente desnudo y con el chimbo semi-parolo. Me pasmé por un momento viendo cómo se acariciaba su pene para agrandarlo mientras era mojado por el agua y no sabía por qué el mío estaba creciendo. Me sentí un poco sucio por dentro pensando que mi excitación era muestra de que era marica y que toda mi vida estuve equivocado acerca de mi identidad. Marcos me miró y me dijo que qué esperaba para unirme pues ya había visto que yo estaba preparado. Mi calentura desplazó la razón que me abordaba y me dije a mí mismo: "No sé si esto es normal en la vida del hombre, pero lo voy a hacer" Además hacía mucho tiempo que no me la hacía y no había tenido sexo con nadie en esos días, estaba caliente desde días atrás y no me iba aguantar un día más.

Me quité mis speedo, unté de jabón mi pene y empecé a hacerme la paja especial, jalando el cuerito hasta el fondo y presionando con mi cuerpo hacia afuera, hasta que las venas sobresalieran y con mi otra mano acaricié mi cabecita roja del apretón, esto te hace sentir como si te vinieras pero no te corres. Luego una especie de mete y saca pero con la mano, otro estirón y así intercalando hasta correrme. Tenía mis ojos cerrados imaginando a mi novia desnuda y chupándomelo. En un momento me dio por abrir mis ojos y vi que Marcos me miraba mientras se masturbaba.

- Estas muy caliente no?- dijo Marcos.
- Sí, es que hace mucho que nada de nada con nadie, ni conmigo.

Yo respondí sin dejar de hacérmela. El hecho de sentirme observado no me molestó. Al contrario, me excitó aún más.

- La tenes buena!- me dijo.
- Que cosa?
- La verga! Me gustas mucho…en qué pensas.
- En mi novia.
- Crees que te la esta chupando.

El saber que le gustaba a un "mancito" me provocó algo inusitado. Le dije:

- Te gusta mi palo, te lo presto un momento.
- Para…
- Usa tu imaginación. Hacele lo que queras.

No dudó nada y se abalanzó a chupármela. Lo hacía muy bien, mejor que cualquier vieja que me hubiese comido. Me recosté contra la pared y él comenzó a chupar por la cabecita, la besó, la lamió como un helado y luego pasó su lengua y labios desde la punta hasta la base y se devolvió. Él cogía mis huevitos y jugaba con ellos usando las manos y la boca. Luego me pasó su mano izquierda por la raya de mi culo lo que me hizo excitar más. Acarició mis nalgas. Me dio vuelta para darme un beso negro, que es algo que me fascinaba, allí era donde quedaba el punto secreto de mi deseo, pocas lo habían encontrado y mi primer hombre lo encontró sin dificultad. Me besó, me lamió, me hizo sentir muy deseoso de correrme. Le dije que se pusiera en cuatro pero no quiso, porque era virgen por detrás, entonces le dije que me la chupara hasta correrme y lo hizo, cogió con su mano derecha mi pene y mientras me hacía una paja lo tenía medio metido en su boca. Yo gemía en señal de venirme, él se sacó el chimbo de la boca, le dio unos últimos jalones y todo mi semen empezó a salir. Él se lo echó en su pecho para esparcirlos con su mano (no le gustaba tragarse el cum), se levantó y me dijo:

- Ves, no duras lo mismo que yo.

Marcos aún estaba parolo y me propuso que le jalara una de mis pajas especiales. Bueno, yo tomé mi speedo lo enjaboné y con él en mi mano tomé su palo y comencé a masturbarlo. Esto me excitó nuevamente y él cogió el mío en su mano y también me masturbó otra vez. Así estuvimos un rato hasta venirnos los dos juntos y dejar nuestro semen allí, en el suelo de las duchas.

Ese recuerdo aún me calienta y me obliga a jalarme la colita más de una vez. Marcos y yo nos hablamos todavía, no comenzamos una relación pero sí tenemos nuestras aventuras de vez en cuando. Espero que os haya gustado.

lunes, 16 de febrero de 2009

El negro me follo sin condon en el parque

Estaba en mi casa aburrido como de costumbre y decidí salir al parque, ya sabía que allí de vez en cuando encontraba quien me diera una buena mamada y llegar relajado ami casa era lo que quería. Dí unas cuantas vueltas, el parque estaba solo y algo oscuro en cierta parte, también he visto unas cuantas parejitas culiando en veces anteriores y pues decidí ver si había alguien. Para mi sorpresa ninguna parejita. Caminé un poco mas cuando escuche una voz que me dijo, ¿que busca mono? ¿en que le puedo servir?
Era un negro de aproximadamente unos 27 años, estaba acostado en el matorral y yo no le había visto ya que el pasto estaba alto. Seguimos hablando y me contó que se había peleado con su hermana, que no era de la ciudad y que venía de la costa, y que ese día debía dormir por fuera. Al verlo detalladamente y escuchar su historia me dio un cierto pesar, pero bueno, le pregunté yo ¿va a dormir ahí? Él me dijo que sí, y se recostó. Me dijo: voy a estar acá por si me necesita. Yo ya estaba erecto de sólo verlo, al rato me preguntó que qué hacía solo por el parque, le dije: La verdad quedé de verme con un amigo, pero no aparece... Eso fue todo, un silencio de nuevo entre los 2 y continuó recostado. Yo no aguanté mas y le hice la pregunta clave ¿alguna vez ha tenido sexo con alguien aquí? Él me respondió, Aca viene un mancito y me deja 15 o 20 mil pesos por que me lo culee. Esa respuesta me puso a mil, sólo q yo andaba con míseros 2.000 pesos en el bolsillo. Quedé callado y al rato le pregunté ¿Pero ustedes los negros dicen que la tiene grande? ¿Cómo es la suya? Él me respondió: 18 centímetros. Para mis adentros me dije que era perfecta. Yo le respondí ¡está bien de verga! Él me dijo ¿no tiene algo por ahí? Yo le dije, la verdad men, sólo cuento con 2.000 pesos y él me dijo, paselos haber y me lo puede coger, esto me hizo poner super arrecho.

El negro ya estaba erecto y su verga no desmeritaba nada, si bien me había dicho 18 centímetros, yo creo que había sido modesto, su verga debía medir unos 21 centímetros, cabezoncita y negra como la noche... en sí, una delicia... como las que me gustan.
Empecé a lamer y chupar esa verga, no lo podía creer, estaba tirando en el parque, con un negro. Después de un rato el negro empezó a acariciarme la cola, a mi me encanta que me den circulitos en el ano, y él estaba acariciando mi esfínter haciendo que se dilatara solito. La verdad, quería sentir ese negro dentro, que toda su herramienta perforara mi culo, pero no quería presionarlo, sino que fuera él quien lo pidiera. Pues dicho y hecho, al cabo de un rato de estar mamándoselo me preguntó que si podría con su verga. Yo simplemente asentí con la cabeza y dije que si, él no lo dudo y me dijo que me cuadrara mejor. Yo siempre tiro con condón, pero la verdad, cuando voy al parque no cargo papeles ni billetera, entonces existía ese pequeño problema.
Él me dijo, te va a doler, yo le dije que se lo lubricara bien, además después de esa mamada lo tenía bien mojadito. Me lo colocó atrás y empezó a meter centímetro tras centímetro presionando mi ano. La verdad, yo estaba en el séptimo cielo, mi culo está acostumbrado a comer bien y el negro tenía una vergota increíble y no era ordinario, me cogió suave y la fue introduciendo en mi culito poco a poco, luego empezó un mete y saca y se sentía delicioso. Así duro unos 10 minutos, yo no me cambiaba por nadie, ahhhhhh!!!! me estaba culiando a puro pelo y no me importaba, sólo quería tener esa verga esculpiendo mi próstata, se sentía deliciosa,... entraba y salía cada vez mas rápido y con fuerza, pues él era quien manejaba ahora la situación y de seguro lo estaba gozando, pero no mas que yo, que no había comido rellena negra en dias... Ahhhhh... se empezó a escuchar de la boca del negro... yo apresuré mi paja y comencé a venirme, él se corrió dentro de mi y sentí por primera vez lo que había escuchado sobre si alguien se te venía dentro. La verdad, la sensación es indescriptible, el placer mezclado con semen, wow, eso nunca lo olvidaré, eso fue hace una semana, he ido a buscarlo de nuevo al parque y ya no está, por mi que volviera a pelear con su hermana, para poder gozar de nuevo esa maravillosa verga negra.

Pienso en el

Esta mañana me he despertado pensando en él, como en los últimos tres días. Fantaseo con la idea de que hoy vendrá a verme, es el chico más guapo del mundo y lo mas importante: yo le gusto y por lo que dice, mucho. Tocan al timbre, debe ser él, tengo un nudo en el estomago, ¿nervios? ¿ansia?... no lo sé. Estoy esperando en la puerta de casa a que llegue el ascensor, me deleito pensando en como ira vestido y de pronto ahí está. Lleva unos vaqueros que le sientan muy bien y una camiseta lila que deja entrever su cuerpo definido, guapísimo como siempre, me está mirando a los ojos, con esa mirada en la que podría vivir y una sonrisa en la boca.
- Tenía ganas de verte.
Por toda respuesta le beso, tenía muchas ganas de besarlo, de sentirle muy cerca. Entramos en casa, le enseño el piso y nos sentamos en el sofá. Le propongo ir a la cama, allí estará mas cómodo. Él sonríe, pícaro, pensando en lo que no es, yo sólo lo he dicho para que estuviera más cómodo, aunque al ver esa sonrisa es lo primero en lo que he pensado. Vamos al dormitorio y se acuesta, yo a su lado, muy cerca, lo suficiente como para que los dos sepamos que el otro esta igual de nervioso.

Hace cuatro años que no nos vemos y ahora estamos aquí los dos deseando besarnos y acariciarnos. Empiezo por su pelo, lo tiene negro y corto, es un tacto agradable. Él sonríe y empieza a besarme, creo que es el beso mas caliente que me han dado nunca. Desprendemos calor, mucho calor, intento abarcar todo su cuerpo con mis manos sabiendo que es imposible, necesitaré mucho tiempo.

Él me besa el cuello, consigue erizarme la piel, ha parado.
- ¿Qué pasa?
- Creo que es Elena, mi compañera de piso.
Ella ha entrado en casa, la verdad tengo ganas de verla, pero... ¿tiene que ser ahora? bueno ya esta aquí... tan discreta y perfecta como siempre, ha entrado sigilosa y sin hacer ruido. Me apetece que le conozca y esa intromisión hace de la situación puro morbo. La llamo y mientras tantea con la mirada a mi chico, habla acelerada como siempre, sobre su mañana. Con una mirada de silenciosa complicidad los dos sabemos que cuando se valla seguiremos demostrando lo a gusto que estamos juntos, y ella, que sabe leer en mis ojos, decide irse sin mas pretexto que quitar la fregaza. Yo cierro la puerta. Ahora estamos solos. Él y yo. Está acostado en mi cama el chico mas sexy del mundo y me está esperando, me acuesto en la cama y se pone sobre mi. Empieza a besarme apasionadamente mientras me toca, me encanta como lo hace.

Mis pantalones empiezan a ser un estorbo, mi polla está despertando y los vaqueros me molestan, pero quiero que sea el quien me los quite. Seguimos besándonos y yo llevo mi mano hasta su entrepierna, está muy caliente y noto como está empalmado, eso me pone aun más cachondo. Entonces decide quitar el botón de mi vaquero y bajar la cremallera, que alivio creía que explotaba, mete su mano por dentro de mi slip y me agarra la polla con fuerza haciéndome estremecer. Me quita la camiseta mientras yo hago lo mismo con él, parecemos dos novatos, esperando a ver quien decide desnudar al otro. Me decido yo pero con las prisas se la saco por la pernera derecha de su slip y me la meto en la boca con una mano, con la otra le acaricio los huevos suavemente y empiezo a juguetear con el piercing en su capullo. Mientras se la chupo le miro a los ojos, me gusta hacerlo así y veo que lo estaba deseando tanto como yo. Su respiración se acelera cada vez más. Me tira de la espalada poniéndome a su altura y le beso. Empieza a besarme el cuello y tenso todos los músculos de mi cuerpo, él sigue con mas ímpetu y empieza a bajar, mi pecho, mi abdomen, por fin se la mete en la boca con mucho cuidado y empieza a jugar con ella. Me encanta, estoy sintiendo muchísimo placer y se lo hago saber, mi respiración es muy fuerte, mis manos le agarran con fuerza y parce que le gusta, su lengua recorre toda mi polla haciendo que yo tiemble de placer, tengo la sensación de que estoy en una nube, solos los dos, sólo existe él, y no se va a acabar nunca... Vuelve a besarme y yo cojo su polla mientras con la otra mano acaricio su espalda, él coge la mía, intentamos coger un ritmo. Estoy deseando que se me corra encima, quiero notarlo. Se que él quiere lo mismo de mi y se lo voy a dar. El placer no me deja hablar, si no le diría que lo quiero, estoy a punto de correrme y consigo decírselo -perfecto- contesta, y me besa, y mi polla explota. Me encanta que me besen mientras me corro.

He terminado y el juega con mi semen sobre mi abdomen mientras yo le pajeo, está disfrutando y me gusta verlo, intento meterme su polla en la boca otra vez, pero me avisa de que se va a correr así que sigo pajeándole mas rápido y clava sus dedos en mi pierna. Me duele y eso me gusta, no sabría explicarlo, se está corriendo y al verlo diría que me he puesto cachondo otra vez pero no hay tiempo...

El negro de la playa desierta

Esto es lo más excitante que me ha pasado. Todo sucedió durante unas vacaciones en la playa, estábamos tomando el sol pero yo tenía ganas de broncearme desnudo y por la cantidad de gente que había y al no ser una playa nudista no podía hacerlo, entonces alquilé una bicicleta marina y me fui a buscar un lugar donde pudiera asolearme y bañarme en el mar totalmente desnudo como a mi me encanta. Pedaleé durante unos 10 minutos y encontré una playita totalmente desierta y muy hermosa, tendí mi toalla, me quité el speedo y me tumbé al sol.

Llevaba algunos minutos cuando sentí un ruido, yo estaba boca abajo así que levanté la cabeza y apareció ante mí un hombre negro como de 1.80 de alto, delgado y marcado con un cuerpo increíble. Sólo vestía una bermuda y era evidente la erección que tenía, yo hice como que no le había visto, pero no pude evitar sentir una tremenda excitación. El hombre se me acercó y me dijo qué hacía por acá tan solito. Levanté nuevamente la mirada y junto a la enorme y maliciosa sonrisa del hombre pude ver que tenía la verga muy dura y que le apuntaba hacia la derecha. Yo sonreí y él se quitó la bermuda. En ese momento me sentí a punto de reventar, creí que me vendría solamente con rozarme. Instintivamente me acerqué y lo empecé a masturbar, él me pegó a su cuerpo y me besó con mucha intensidad. Yo tengo muy buen cuerpo y buen culo pero era más bajo que él. Me levantó y quedé abrazado a su cuerpo con mis piernas, su verga casi me penetraba, me bajé y empecé a darle una mamada que me daba tanto placer como a él, que exclamaba y se movía. Me dijo que quería dar por ese culito tan rico. Yo tenía algo de miedo porque me imaginaba cuanto me iba a doler, pero me puse en cuatro sobre la toalla y él se lubricó ese tremendo vergón de 20 cms y me lo empezó a meter.

Al principio me dolió pero me lo fue metiendo poco a poco y cada vez sentía más placer. Mi excitación y placer no tenían límite. Luego él me levantó y me puso en la posición inicial, yo abrazado a su cuerpo con mis piernas, y me penetró de una manera que nadie lo había hecho. Me dijo que iba a eyacular y le dije que lo hiciera en mi pecho, pero me dijo que no me lo quería sacar, que me masturbara para venirnos al tiempo. Así lo hice, gritamos de placer y nos movimos tan rico que sentí que me desvanecía por momentos. Luego se arrodilló sin dejarme bajar y se acostó sobre mí sin sacármelo. Me dijo que había sido increíble y yo también le dije que lo había disfrutado mucho. El sudor nos cubría totalmente y el olor a macho que despedía este hombre era enviciador.

Sexo con el chico de la universidad, mientras él dormía.

Hola a todos. Mi nombre es Johann tengo 24 años y soy de La Paz, Bolivia. Mi historia comienza hace unos dos años cuando estaba en segundo año de carrera universitaria, en ese entonces accedí a la Beca Comedor de la UMSA y uno de esos días en que nos tocaba cobrarla vi por primera vez al hombre que se convirtió en mi fantasía. Era un muchacho esbelto, moreno, con un corte de cabello corto estilo militar, tenía una masa muscular bien formada, se podía distinguir claramente que su amplio pecho tenía dos pectorales bien formados y duros, sus brazos eran como dos troncos gruesos, su cuello recto y sobre todo se podía apreciar que tenía una verga grande por el bulto que hacía debajo de su pantalón. Ese día me quedé mirándolo sin que se diera cuenta, no podía creer que hubiese un hombre así en la Universidad. Desde ese día se me entró el deseo de sentir su verga dentro de mí.

Después de algún tiempo supe que estudiaba Administración de empresas, otra carrera de la misma facultad, y yo estaba en Contaduría pública, por ese motivo le veía mas a menudo, pero no sabía como hacerme su amigo, que eso era lo primero que debía conseguir. Justo un día me decidí a hablarle y hacer realidad mi deseo, cabalgar en su verga sin importarme el dolor.
Era aniversario de la Carrera de Administración de empresas, ese día sería un derroche de borrachera y yo aprovecharía ese momento para hacer realidad mi deseo. Cuando llegué a la fiesta entré a buscarlo y lo encontré, estaba en una mesa bebiendo con sus cuates y algunas chicas. Para mi suerte estaba entre ellos un cuate mío de frikinternet.com y fui a saludarlo, los tuve que saludar a todos y me invitaron a compartir la mesa y el trago, yo estaba nervioso y feliz de lo que estaba pasando no podía creer que estaba al lado del hombre que me gustaba.

Esa noche estuvimos hasta al una de la madrugada, yo no bebí mucho, pero lo chicos sí y Raúl también, que así se llamaba el chico. Cada uno se fue por su lado, unos con unas chicas y a otros les recogieron sus cuates. Como yo no estaba tan mal, me pidieron que llevase a Raúl a su casa. Yo quería tenerlo esa noche para mi y como él me comentó que era de una familia de escasos recursos no podía llevarlo, entonces pensé algo rápido, decidí llevarlo a un alojamiento, al final como estaba borracho les diría que era para pasar la noche y no habría sospechas.

Eso fue lo que hice, agarré un taxi y lo llevé a un alojamiento en la Calle América, lo subí y cuando llegamos al cuarto lo puse sobre la cama y me apresure a desnudarlo. Era lo mas excitante que había visto en mi vida, él estaba inconsciente y no se daba cuenta de lo que estaba pasando. No pude resistir la tentación de chupar esa verga que era la mas grande que mis ojos habían visto, luego lo empecé a besar y a lamer todo esos músculos que estaban tan bien definidos. Cuando lo besé en su cara y en sus labios me di cuenta que tenía perforaciones en ambas orejas y eso me excitaba, me apresuré en ponerle dos piercings cuadrados pequeños y blancos, esos que estaban de moda, eso me éxito mas aun y luego le puse unas gafas oscuras grandes. Se veía el hombre mas bello y guapo que pude conocer.

Poco a poco, de tanto chuparle la verga se puso dura como un hierro. Él era muy pesado y apenas pude darle la vuelta para ponerlo de costado, luego acerqué mi ano para que me entrara la verga pero parece que no reaccionaba. Le puse mucha saliva para que entrara y así resbaló la cabeza de esa verga tan rica en mi trasero, pero como me dolió la tuve que sacar rápidamente. Lo intenté una vez mas y se volteó otra vez de espaldas, luego me senté sobre su verga, que hizo doler mucho, pero no había respuesta. Yo quería que él moviese, intenté otra vez de costado, puse esa verga tan dura en mi trasero y empecé a sacar y meter la punta de su pene y en una de esas reaccionó y me encajó un poco mas, luego dejé de moverme y el seguía. Estaba medio dormido y yo le hablaba suave:
- ¿Te gusta?
- Si.

Siguió moviéndose y luego dejó de hacerlo, su verga también se había vuelto suave. En el último intento le chupé la verga hasta ponerla dura y ya se estaba moviendo en mi boca. Entonces lo ensalivé y lo puse a la entrada de mi ano, entró, era lo mas rico que estaba sintiendo pero era mucho peso sobre mi, casi no podía moverme. Le agarré su cintura e hice que se moviera, que metiera y sacara esa verga maravillosa. De repente el despertó, me agarró con todas sus fuerzas y me encajó todo ese bulto que estaba como un palo grueso. Yo grité de dolor pero él me tapó la boca y me dijo susurrándome al oído:
- ¿No era esto lo que querías?

Poco a poco comenzó a hacerme el amor. Que rico estaba, se puso en posición de hacer flexiones y me la estaba encajando brutalmente, podía escuchar cómo sonaban sus testículos cuando se estrellaban en mis nalgas. Luego me agarró las piernas hacia arriba, bien estiradas y él se puso de rodillas y me la metió así. Estaba muy excitado y yo sólo me dejaba coger. Luego me volteó a la cama, se echó sobre mí y también me la metió así. Después me pidió que me sentara sobre su verga y cabalgase sobre ese pedazo de carne tan grueso y para acabar me pidió que lo abrazara, con esos brazos tan fuertes me alzó de las piernas y puso su verga en mi trasero. Me la metió así, él hacía que yo me moviera sobre su verga y antes de eyacular nos caímos en la cama quedando en la posición de patas al hombro y así sacó toda esa leche que había guardado durante tanto tiempo. Cuando eyaculaba me la metía mas y mas. Nos quedamos respirando los dos juntos de cansancio. Yo me quedé acariciando toda esa musculatura y cuando sacó su verga vi cómo chorreaba el semen de mi ano. Fue lo mejor que me pudo pasar. Ahora lo hacemos una vez por semana, y sigue usando los piercings y las gafas como recuerdo de nuestra primera vez porque sabe que eso me excita mucho.

Follar con el ligue del chat y despues rematarlo con un viejo amigo.

La historia que os voy a contar sucedió un viernes de otoño soleado y algo cálido, las hojas de los árboles empezaban a caer unas encimas de otras y la mañana transcurría sin mucha acción desaprovechando la oportunidad de encontrarme solo en casa. La tarde empezó con una gran idea en la sobremesa: entrar al chat.

Encendí mi ordenador en busca de alguien con el que pasar una buena tarde hablando en principio y según se desarrollasen las cosas se vería donde llegar sin exceso ya que me considero una persona sensata y nada putón. Después de pasar un rato en busca de alguien con quien mantener una buena encontré a uno que por la descripción y su forma de hablar parecía interesante. Nos facilitamos nuestro correo electrónico y la cosa empezó a tomar forma y a calentarse.

Primero hicimos presentaciones y seguidamente nos facilitamos fotos de cómo éramos cada uno y en ese momento tan critico todo salió bien y nos gustamos físicamente. La cosa se puso interesante. Seguimos charlando y una cosa llevó a la otra, yo le facilité mas fotos sobre todas la partes de mi cuerpo, incluida mi polla y él a través de su webcam me dejó ver lo que se escondía debajo de su bóxer, algo que crecía a raíz de mis fotos facilitadas y mis comentarios. Terminamos el encuentro, él desnudo ante la cam con su polla muy dura y yo aun más que él, descargando nuestras pollas llenas de leche. Nos facilitamos los teléfonos con intención de esa misma tarde noche ponerlo de nuevo en práctica pero en su casa.

Yo tengo 25 años mido 175 y peso 64 kilos. Delgado y definido con buen cuerpo, poco vello, guapete y con una bonita polla. Él era un ejecutivo de 36 años, con buen cuerpo, delgado, un poco mas alto que yo y también bien dotado. Me desplacé hasta su casa y comentamos un poco la paja de la tarde, entonces empezamos a dar rinda suelta a nuestros deseos. Nos desnudamos y empezamos a besarnos, a comernos mutuamente y a deslizar nuestras manos por las pollas. Se pusieron duras en poco tiempo y no tardamos mucho en agrandar las bocas y hacer un 69 dándonos placer mutuamente. Después de unas buenas mamadas y de buenos roces continuamos explorando nuestros definidos cuerpos mientras la excitación nos podía y dejamos el escenario del agradable sofá del salón para pasar a la gran cama de sabanas rojas y espejo en el techo. Nuestras pollas empalmadas y sus relucientes capullos estaban a mil y deseosas de disfrutar del cuerpo contrario. Los dos éramos versátiles y nos follamos mutuamente mirándonos al espejo mientras nos besábamos y nos aferrábamos fuertemente al culo del otro para sentir aún más la penetración. Después de follarme y darme un gran placer continuamos con mucha pasión las mamadas, los besos, los magreos y todo lo deseado. Seguidamente me puso su redondo culo ante mi y se la metí sin durarlo hasta quedar rendido de darle placer y de sentir placer mientras me miraba en el espejo. Nos corrimos juntos, yo dentro de su culo y él encima de su pecho mientras yo me lo follaba. Después de tanto calor y deseo nos dimos una buena ducha juntos y terminamos tomando algo en esa gran cama con caricias y con ganas de mas.

Se hizo tarde y yo decidí regresar a mi casa pero mi sorpresa fue que cuando abandoné su casa tenía un mensaje en el móvil de un antiguo conocido con el que había tenido encuentros sexuales y no quise desaprovechar la ocasión. Este conocido vive fuera de mi ciudad pero viaja de vez en cuando alojándose en los mejores hoteles y disfrutándolos junto a mí. El mensaje decía: Estoy en tu cuidad en el hotel AC, te apetece quedar? Yo estaba cansado y con la polla recién descargada pero no podía dejar pasar la oportunidad de pasar un buen rato con un buen amigo. Este chico lo conocí una noche hace casi ya dos años y desde entonces cada vez que visita mi ciudad intentamos quedar. Él es modelo, bastante guapo, con un buen cuerpo y una polla bonita. Le llamé y concretamos y en poco más de media hora estaba en su hotel. Él me esperaba como siempre con su bonita sonrisa, en calzoncillos de las mejores marcas y en camiseta interior para calentar el ambiente. En poco menos de 5 minutos estábamos los dos desnudos dejando que nuestros cuerpos se fusionaran y disfrutando el uno del otro. Mientras gozamos juntos disfrutamos de comentarios, masajes, confesiones de sentimientos del uno hacia el otro y hay una buena armonía a parte del sexo entre nosotros. Yo me desplacé hacia abajo comiéndome su bonita polla y recordaba su labios, corría a por ellos dejando la polla y deseoso de sus labios. Él buscaba mi boca y me besaba mientras me acariciaba la espalda. El sexo duró casi una hora, llena de besos, morreos, mamadas, penetración, caricias, abrazos fuertes, etc. Fue una mezcla entre amor y sexo de desconocido, algo que nos excitó y disfrutamos mucho juntos.

Todo esto tiene una moraleja, que pensaba que yo no era puto y después de esto muy santo no soy. La verdad es que si encuentras a alguien que te pone te da igual el lugar y el tiempo, te lo montas donde puedas y si puedes repetir, mejor.

sábado, 31 de enero de 2009

Follado por mi comapñero heterosexual en el trabajo

Lo que voy a relataros ocurrió hace un año más o menos. Tengo 29 años y soy el más joven de mi empresa, y por supuesto, aunque nadie lo sepa, el único que es gay. Mis compañeros son casi todos cuarentones, casados y con hijos, pero uno de ellos tiene un cuerpazo de infarto. Se llama Paco, es guapo, fibrado y no se, tiene algo que siempre me dio cierto morbo. Todo empezó un día que tenía ganas de ir al baño y al entrar, me lo encontré con los pantalones bajados.
Mi mirada, inevitablemente, fue a parar al apetecible paquete que marcaba con su slip negro. Por supuesto que yo no pensé que se hubiera dado cuenta, con lo que entre, hice mis necesidades y me fui sin darle mayor importancia. Al día siguiente volví al servicio y cuando me disponía a realizar mis necesidades alguien entro en el baño, me agarró por detrás y empezó a pajearme por encima del calzoncillo mientras me encajaba su pija, dura como un caño, en la raja del culo. Me mordía las orejas, me pellizcaba los pezones, me lamía el cuello y cuando se cansó de sobarme me dio la vuelta y empezó a besarme apasionadamente.

- No te asustes, estás muy bueno- me dijo Paco.
Yo estaba un poco desconcertado, no entendía la situación, pero tampoco me quejé ya que me estaba gustando mucho. Tras cerrar la puerta con cerrojo, empecé a quitarle toda la ropa y a recorrer con mis labios todo su cuerpo hasta llegar a su polla, que estaba muy dura. Lamí con ansia todo su hermoso rabo y succioné con fuerza sus pelotas. Él parecía estremecerse de placer, emitiendo unos gemidos ahogados para que no nos oyeran.

Cuando se cansó de que se la chupara como una perra, me levantó bruscamente y empezó a besarme con pasión. Después, mientras su mano bajaba a mi entrepierna, me confesó al oído que era la primera vez que lo hacia con un hombre. Poco a poco fue bajando su boca hacia mi polla y empezó a comérsela suavemente. Le faltaba un poco de práctica pero cuando pasaba sus dientes por mi capullo un escalofrió de placer recorría todo mi cuerpo.

Después me dio la vuelta e incrustó su gran rabo en mi culo. El placer nos invadía por completo y la situación de estar en el baño del trabajo aun nos calentaba más, así que no hizo falta mucho rato para que acabáramos corriéndonos los dos a la vez como 2 fuentes de semen. Note como su leche caliente y abundante entraba por mi cuerpo como un río desbocado que busca camino. Quedamos extasiados sentados en el suelo, besándonos apasionadamente.

Cuando terminamos la jornada quedamos para tomar unas cervezas y aclarar la situación. Me contó que ya desde algún tiempo se sentía atraído por los hombres, pero que su mujer no sabía nada y que cuando se dio cuenta en el baño de que yo le miraba el paquete decidió probar conmigo y salir de dudas al respecto. Desde entonces nuestra relación en el trabajo ha mejorado bastante y cuando tenemos oportunidad quedamos en mi casa y desatamos nuestras pasiones follando hasta caer exhaustos.

sábado, 24 de enero de 2009

Mi amigo me uso

Me llamo Carlos, tengo 18 años y lo que voy a contaros pasó hace un año.

Mi mejor amigo Daniel era en pocas palabras el hombre perfecto, con cuerpo perfecto y una personalidad perfecta, aparentemente heterosexual. Nuestra amistad empezó normal, al cabo del tiempo terminamos muy unidos y yo para ese entonces ya me había enamorado.

Una vez mi hermana se rompió la pierna y mi familia estaba haciéndole compañía en el hospital, por eso estaba yo solo en casa, así que para matar el tiempo llamé a Daniel para poder jugar o ver una película. Mis padres ni siquiera iban a pasar la noche aquí.

Esa noche todo cambió entre Daniel y yo, supongo que ya me lo esperaba porque ya no era una amistad normal. Cuando por fin nos fuimos a acostar eran como las 2 de la mañana y nos pusimos a ver una serie de televisión cuando sin pretexto alguno Daniel me pidió un masaje de pie. Yo me reí y acepté sólo con la condición de que el hiciera lo mismo al mismo tiempo. Él accedió. Me pasó su pie y lo puso en mis piernas lo cual hice yo también. Fui acariciando la planta del pie lentamente, tocando dedo por dedo, sintiendo los vellos que tenía en parte superior del pie… Yo sentía cosquillas pues él me estaba acariciando el tobillo. El hacernos solamente "masaje" se convirtió en una competencia de a ver quien llegaba mas lejos, pues el ya no estaba masajeando mi pie si no que estaba en mi pantorrilla, la recorría con tal suavidad que me daban escalofríos. Para ese entonces yo ya tenía una erección realmente notable. Supuse que no terminaría en ese momento así que decidí arriesgarme mas y acariciar su muslo (los dos estábamos en boxers).

Daniel jugaba fútbol en el equipo de la escuela entonces se podrán imaginar las piernas marcadas y las nalgas que tenía… al pasar mi mano por su músculo pude sentir como se contraía en mi mano. Después de unos 10 minutos de tener mi pierna en el aire me cansé de estar haciendo fuerza así que le dije a Daniel que ya estaba cansado. Su reacción me impactó, dejó recargar mi pierna en su entrepierna, lo cual me dejó sentir su erección. Me quedé impactado, no podía creer lo que estaba pasando y aun así me lo creía y era algo que anhelaba ya desde hacía tiempo, tendré que decir que me entró duda al principio.

Así que no lo pensé más y agarré su mano, la jalé y la dejé sobre mi paquete delicadamente. Él empezó a palpar con cuidado por encima de la ropa. Pude sentir una extraña sensación de excitación y nerviosismo al mismo tiempo, así que nos fuimos a acostar a mi cama y nos pusimos las cobijas, él por abajo y de espaldas a mí, agarró mi pene y como pudo me bajó los boxers. Su mano estaba fría. Acercó sus fuertes y marcadas nalgas hacia mi pene y pude sentir piel con piel algo que jamás había experimentado. Insinuándome que lo penetrara, entré en duda y me negué diciendo que no sabíamos lo que hacíamos. No me insistió pero no soltó mi pene, por entre las cobijas se empezó a escurrir quedando a la altura de mi paquete, supuse lo que iba a hacer y me subí un poco. Tomó mi pene en su mano y me la empezó a chupar. Me quedé sorprendido, me volteé a ver su cara y tenía los ojos cerrados, tenía una cara de excitación preciosa.

Cerré los ojos y me dispuse a darme cuenta del placer que se siente cuando te hacen sexo oral. Unos 2 minutos después se acomodó de tal forma que tenía su pene frente a mí, él seguía chupando mientras que acariciaba mi abdomen y mis nalgas, agarré su pene lo vi.
- Haz lo mismo que yo- me dijo.
Abrí la boca y me lo metí despacio, quería saborearlo todo, un sabor a hombre excitado. Era tan grande que no me cabía en la boca, me lo saqué un momento para admirar todo el paquete, no sólo el pene, si no los testículos también, el espacio que hay del pene al ano, las nalgas, sus vellos… Agarré un testículo y lo empecé a palpar, lo acariciaba y lo lamía, agarré su pene de nuevo y me lo metí a la boca por segunda vez, esta vez saboreándolo mas, mientras con mis manos acariciaba sus nalgas y sus testículos, su ombligo, las entraditas de la entrepierna, los muslos,… No podía creerlo, tenía un 69 con la persona a la que amaba y con la que mas confianza sentía.

Después de un rato de tener el 69 y darnos placer Daniel me quitó su pene y se empezó a masturbar hasta que tuvo un orgasmo y vi como su semen salía a chorros. Agarré un kleenex y lo limpié queriendo saborear el semen pero no lo logré, se quitó de la cama y se acostó en la suya dejándome a mi a medias de acabar. Me enojé, me fui al baño y decidí acabar por mi cuenta. Llegué a mi cuarto de nuevo y me dormí.

Al día siguiente teníamos un silencio incómodo, nadie decía nada, lo saludé y me empezó a echar su historia hetero.
- Yo no soy así, cometimos un error, no lo podemos repetir, es algo de una vez en la vida.
Después de eso accedimos a no recordar lo sucedido y contar lo que habíamos sentido.
No pude aguantar y decirle que me había quedado con ganas de más. Me sonrió y me admitió lo mismo.

Esta vez ya lo teníamos planeado, subimos los dos a mi cuarto, antes pasé por una crema al cuarto de mi mama y nos acostamos de nuevo. Nos adentramos en un 69 por segunda vez, el cual duró más. Al cabo de un rato me dijo que ya quería que lo penetrara. Me pasó la crema, él se puso en 4 patas y pude ver su ano rodeado de vellos. Le puse un poco de crema en el agujero y yo me puse en el dedo. Lentamente le metí el dedo índice, tenía mi dedo dentro de él y pude sentirlo por dentro. Se sentía caliente y húmedo pero indescretiblemente delicioso. Saqué mi dedo, agarré mi pene, lo humedecí con crema, acerqué mi pene a su ano y me busqué camino en esa apretada cavidad. Pude sentir sus gemidos de dolor, lo cual me hizo dudar. No hice caso y seguí metiendo poco a poco pues sabía que también era su primera vez. No llevaba ni siquiera la mitad cuando él empezó a gritar, yo me espanté pero no quería dejarlo a medias así que lo metí mas, mas, y mas hasta que me di cuenta de que mi abdomen estaba pegado a su espalda. Nos quedamos así un rato hasta que se acostumbró. Medité y concentré mi mente en sentirme adentro de mi hombre. Sentía una presión en el pene que era placentera, lo saqué un poco y lo metí, él gemía de placer y eso me excitaba demasiado, estaba haciendo el amor.
Comenzamos con un ritmo de principiantes pero al cabo del tiempo me pedía más fuerte y más rápido. Yo con mis embestidas lo agarraba del culo y veía cómo sus nalgas se tragaban a mi pene y después lo escupían, pude sentir como Daniel apretaba sus nalgas como por temor a separarnos. Esa visión me hipnotizó. Mis manos pasaban por su pecho, por su abdomen, por sus axilas, por sus brazos, por su cuello,… quería tocarlo todo pues éramos una única persona en ese momento. Daniel seguía en 4 patas, el tiempo pasaba y yo seguía penetrándolo y él seguía disfrutando, pues es algo único. Al cabo de un rato sentí el maravilloso momento del orgasmo. No lo dudé mas y me vine en él con un grito de placer. Había sido el mejor orgasmo de mi vida.

Daniel se quedó acostado un rato boca abajo con una pose que me volvió a erectar el pene. Ya sabía lo que venía. Me acarició el cuerpo, me puso de espaldas, agarró la crema y sin siquiera estimularme el ano me metió su pene, no de golpe si no lento, demasiado lento, como sin querer hacerme daño. El dolor era indescriptible al principio, me dolió tanto que quería suspender todo pero me aguanté, pues quería disfrutar y dicen que después de un rato el dolor pasa a un dolor disfrutable, a un dolor delicioso. Daniel chocaba contra mi provocando ese clásico ruidito obsceno, el cual era música para mis oídos. El tener a una persona dentro de ti es una experiencia indescriptible pues te fusiona con alguien mas. Al paso del tiempo me cansé y preferí arrodillarme pues la pose de 4 patas es un poco incomoda. Al arrodillarme Daniel me rodeó con sus brazos, yo de espaldas y el de frente. Con su pene aún dentro de mi, me abrazó con una ternura y con una pasión que quería que ese momento no se acabara jamás. Sin soltarme y aún en sus brazos siguió el mete y saca moviéndonos al mismo tiempo. Empezó a besar mi cuello y pasar sus manos por mi pecho, acariciaba mi pelo y tocaba mis mejillas suavemente, luego metía su dedo en mi boca y después él se lo chupaba. Estábamos empapados en sudor. Cerré los ojos y pude sentir chorros y chorros de semen caliente entrando con fuerza dentro de mí. Cuando por fin retiró su pene sentí un vació en mí, como si lo quisiera tener dentro todo el tiempo. Estábamos cansados, nos acostamos y nos abrazamos.
No se arriesgó a darme un beso, él sólo quería sexo.

Después de aquello dejamos de hablarnos y si lo hacíamos era para usarme, pues después de esta experiencia pasaron otras 2. Después él consiguió una novia y me dejó.

Lo amé y aunque lo que tuvimos arruinó nuestra amistad no me arrepiento de nada.

jueves, 22 de enero de 2009

Me desvirgue con dos compañeros del colegio en el gimnasio

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miércoles, 21 de enero de 2009

Mi iniciacion con los hombres y el sexo gay

Esto me ocurrió en uno de mis viajes acompañando a mi padre en sus diversos trabajos dentro del país, estando en un pueblito muy lindo el cual se llama Danlí, nosotros somos de Honduras.

Estando en mis recientes 18, llegué buscando a mi padre a un hotel en el que alojaban por mes o diario a los huéspedes, todo normal; me presenté y me indicaron que él volvía después de las 5 p.m. y que ya había dejado instrucciones. Me entregaron la llave del cuarto pero me indicaron que por cuestión de mantenimiento hoy y mañana estaríamos en un sector que construyeron con carácter temporal y que luego nos trasladarían.

La habitación de madera pero bien armada, con sus retoques entre pieza y pieza de madera para que no se viera nada y las camas pulcras y olorosas a limpio, me instalé, me fui al baño a darme un duchazo y me observé en el espejo ese cuerpo de chaval que va iniciándose a la adolescencia con unos calenturones por sexo que revientan, de cuerpo algo rellenito pero para nada despreciable, trigueño claro, ojos café claro, pelo negro algo crecidito, unos labios carnosos y un coqueto lunar en la mejí a derecha que todos tenían que ver con el.

La llegada de mi padre fue normal, cenamos en un comedor típico del pueblo que servían muy delicioso y luego de eso la llenura, el viaje y lo agitado del día me fui a dormir pronto. No se cuanto tiempo pasó, pero un ruido de cerrar con fuerza la puerta y un rayo de luz que pegaba a mi cara directamente me despertó, era el cuarto de al lado que tenía un área que era madera y colindaba con el cuarto nuestro. Yo observé en la cama y vi a mi padre dormido, es de sueño bien pesado, con curiosidad no se de donde me levanté para ir a ver a quien pertenecía ese cuarto.

Nunca había visto a un hombre adulto desnudo, pero me llamó la atención ese tipo de unos 21 años que después sabría que su nombre es Carlos. Estaba comenzando a desnudarse y dejando a la vista unos pectorales fuertes, de estomago no plano pero si de esos que no tienen más de lo requerido y unas espaldas anchas y fuertes, con unos bíceps que nunca había notado antes.

Que hombre más lindo, dije al fijarme en su cara, que tenía una característica nunca determinada por mí antes en ninguno y era que sus cejas se unían formando una sola, bien pobladitas, y unos ojos gris claro que saltaban aun bajo la luz tenue del cuarto y eso que yo espiaba por un agujerito que solo permitía un ojo.

Para mí fue fenomenal cuando Carlos se despojó de los pantalones jeans y unos bóxers anchos de algodón de un solo tirón, quedando únicamente en unas calcetas blancas que contrastaban con el tono de su piel. Que par de nalgas mas duras note, no grandes pero si duras; se notaban los músculos de ellas tensándose en cada movimiento, wow, estaba nervioso, a cada rato volteaba a ver si mi padre no me sorprendía espiando al cuarto de al lado.

El corazón se me salía de lo excitado que estaba, que culo, las piernas por igual se formaban gruesas y peludas, como si tuviera otro pantalón abajo del que se quitó. Las pantorrillas las recuerdo gruesas y marcadas, se notaba que el tipo o hacía ejercicio o practicaba algún deporte seguido porque su cuerpo irradiaba fuerza y agilidad, después él me diría que se dedicaba a cargar piedras y arena de los ríos, trozas del los aserraderos en el camión que era propiedad de él desde los 16 años y que su padre le regaló.

Todo el hotel se escuchaba en silencio, debía ser entrada la madrugada. Sin despejar el ojo de mi agujero espía tampoco dejaba de observar si mi padre se despertaba; en eso noté que Carlos en vez de acostarse se enroscó una toalla a la cintura y salió del cuarto. Supuse que iría al baño, que estaba al voltear el pasillo.

Carlos salió del cuarto, sólo en unas sandalias y su toalla. Yo quedé helado y excitado, sin saber que hacer además de tener una erección que no sabía que hacer con ella. No lo pensé, salí del cuarto enrollándome la cintura en una toalla y un par de sandalias igual que Carlos, pensando encontrarme a ese hombre en el pasillo o el baño de ser posible. Esperaba que no fuera sólo a orinar y al estar en el umbral de la puerta di tres pasos atrás sin voltearme, tome una bocanada de aire y entré presuroso.

Al entrar, no podía creer lo afortunado que era, Carlos estaba tomando una ducha sin correr la puerta. Pasé frente a la ducha y pude observar fijamente pero rápido ese cuerpo, para mí el más bello del mundo, era el primero de un hombre adulto desnudo que veía.

Afortunadamente no me vio porque estaba frente a la regadera y enjabonando su cabeza. Me fui al cubículo de al par donde estaba un sanitario con puerta completa y llave pero que las paredes no llegaban mas de 2 metros y con todo el temor que sentía porque el corazón me latía a mil y creía que lo tenía en la garganta, me subí sobre el tanque del sanitario con el mayor cuidado de no hacer ningún ruido que alertara a mi bañista. Procurando no salir demasiado en la parte alta de la pared me asomé y la visión que tuve fue lo más espectacular que hubiera visto hasta ese momento, Carlos tenía su verga llena de jabón en la espesura de pelos que rodeaba su base y el leño totalmente tieso. Que delicia, no podía suponer como ver, espiar a un tipo, me pudiera dar ese gozo.

Carlos se enjabonó unas tres veces, tiempo durante el cual me escondía y volvía a subir para espiarlo. Decidí que antes que él terminará me tendría que ir para que no viera que yo estaba allí. Al bajar, la tapa del sanitario sonó y me puse muy nervioso, apuré mi huida pero fue imposible que no me mirase ya que su cortina estaba abierta y yo tenía que pasar frente para salir.

Al abrir la puerta él todavía estaba bajo el chorro de agua pero viendo al pasillo y al verme me dice: "Hola, hace mucho que estás allí verdad?" ufff, sentí que la tierra me quería tragar y para colmo mi toalla no ocultaba para nada mi erección, no me puse calzoncillos al salir de la habitación.

- Se nota que lo que viste te a gustado.- me dice Carlos señalando mi toalla. Quería que por arte de magia me pudiera transportar a mi cuarto y que el creyera que nunca me vio pero era imposible, no podía decir palabra, solo me le quedé viendo en silencio y luego Carlos retomó la palabra y con seña de su mano me invitó a pasar a la ducha. Sin saber que hacer me miró a los ojos y me dijo:

- Pon tu toalla en el gancho y entra, te va a gustar. El agua está tibia y yo te voy a enjabonar.

Como atraído por una fuerza mayor a mi, me despojé de la toalla y me adentré a esa ducha. Al pararme junto a él lo sentí gigante, debería medir 1.85 mts. de alto y el cuerpo se observaba muchísimo más rico que a través del agujero del cuarto o por encima del muro.

- Hace rato noté que me mirabas desde arriba, me gustaron tus ojos color miel, son lindos.

No se porqué, me calmaron un poco esas palabras, eso me indicaba que a él también le llamaban la atención los tipos.

Me tomó de la mano y la colocó en su pecho, que sensación más extraña, lo sentí fuerte pero suave a la vez, luego el puso su mano sobre mi nuca y se me acercó al oído y me dijo: "Me gustas". Eso era fuerte para mí, ya que era la primera vez que alguien me decía cosa igual. Luego besó mi mejía y mi frente y mis ojos y mi mentón y mis labios. Mis labios; que rico, esa boca cálida y gruesa, estaba besándome, mmm, un rayo atravesó mi cuerpo, sentí electricidad que me sacudió, no supe por unos segundos a que hora Carlos me tomó por la cintura y me pegó a él. Fue lo más fantástico sentir esa poderosa verga que se pegaba a mi ombligo y subía casi a la altura de mi pecho, la sentí gruesa, fuerte, dura, CALIENTE.

Me siguió besando y acariciando cada parte de mi cuerpo, me tocaba y yo lo tocaba. Me pegaba a él y yo me sujeté a sus hombros formando un abrazo alrededor de su cuello, teniendo que empinarme para alcanzarlo, pero no fue en vano, me tomó por las caderas y me sujetó en el aire. Que sabroso sentirse flotando teniendo un hombre rico y excitante como Carlos. Me acariciaba las nalgas y pronto llegué a sentir cómo uno de sus dedos jugaba con mi agujerito del ano.

El agua de la ducha resbalaba por nuestros cuerpos, yo le besaba la nuca, las orejas, los ojos, todo lo que tenía a mi alcance. Se recostó un tanto contra la pared de azulejos y comencé a sentir como algo grande y caliente se colocaba en la entrada de mi ano. Que sensación más rica y que angustia; presentía lo que venía, no creía que se pudiera. Sería penetrado por un trozo de carne palpitante, con una cabeza como hongo que sobresalía del tallo, ese leño media 19 cms y bien gruesos.

Carlos poco a poco fue jugando con mi peso y sintiendo que la punta de su gran verga punteaba mi ano, a veces más a veces menos, pero el abundante precúm iba ayudando a que cada vez entrara más. Ese hombre era un experto en las artes amatorias, no tengo idea cuanto tiempo estuvo jugando en mi entrada pero llegué a sentir un dolor que él ahogó con un beso de lengua profundo, sentía que mis garganta también estaba siendo invadida, pero que rico que dolor. Me sostuvo unos instantes y luego sentí como si poco a poco, a medida se iba adentrando, iba destapando pequeños espacios pero que llegaban a ser no dolorosos sino sabrosos.

Que sensación más orgásmica al sentir cuando ese trozo de carne pasaba por la próstata y que casi me hace desfallecer de la excitación. Mi verga bien tiesa se frotaba contra su abdomen. Luego que estuvo todo adentro, comenzó con sus brazos a subir y bajarme apretando con las paredes de mi recto todo su mástil.

Fueron unos veinte o treinta minutos de ímpetu, en los cuales me ensartó en el aire para luego dejarse caer al piso y hacer que lo cabalgara en la que era mi primera cabalgata y primer maroma sexual. Fantástico. No quería dejarlo salir de mi, pero el meneo era tanto que sin saber que ocurría lance un primer chorro de semen que llegó a su cuello y así varios más que no paraban de salir y sin haberme tocado siquiera. Al momento de lanzar el primer chorro comencé a sentir como un río de lava inundaba todo mi culito recién desvirgado con unos chorros que sentía espesos y gruesos, dignos de esa tranca.

Fue fenomenal. Luego de habernos calmados, pasaron más de dos minutos y yo permanecía ensartado en aquella verga que palpitaba todavía medio tiesa dentro de mí.

Al recuperarnos, estando aún abrazados, Carlos me besó muy tiernamente y me dijo su nombre. Yo le dije que mi nombre era Daniel y que mi cuarto estaba al lado del suyo. Carlos quería repetir.