Relatos gays

miércoles, 15 de abril de 2009

Con el ligón del barrio, después de una noche futbolera

A veces cuando una persona se fija un propósito, éste se puede volver realidad.

Yo tenía apenas 18 cuando un sueño erótico que llevaba frustrado más de 3 años se volvió realidad. Todo comenzó una noche de mundial de fútbol. Unos amigos y yo habíamos decidido ver los partidos y quedarnos a dormir ya que éstos se retransmitían desde Japón. Acordamos en dormir todos juntos a pesar de lo estrechos que quedábamos y de la incomodidad. Cuando acabó el encuentro nuestro equipo quedó ganador y fue tanta la dicha que nos animamos a quedarnos a ver el siguiente partido. De repente el hermano mayor del dueño de la casa llegó un poco tomado y con su otro amigo, ellos también querían ver el juego y ahora la incomodidad se hacía más grande.

La habitación constaba de dos camas gemelas y para ser mas amplio el lugar decidieron acomodar un colchón en el piso de la habitación, junto a la ventana del cuarto estábamos un primo y yo, en el suelo Esteban (el dueño de la casa) y su hermano mayor, y en la otra cama Cristian y Xandro, el amigo de dueño de la casa. Estábamos tomando, jugando, hablando cosas de hombres, pero claro yo me sentía incómodo ya que en esos temas no me desenvolvía muy bien. Pasado un rato el sueño derrotó a mas de uno y sólo quedamos despiertos mi primo, el hermano mayor de Esteban y yo.

Juan David, que así se llamaba el hermano, es un hombre muy bello, alto, de cuerpo promedio y todas las chicas del barrio hablaban de que tenía un paquete muy grande, lo cual me llenaba de curiosidad y morbo pero no iba a pasar de ahí. Juan David, que yacía en el piso, le pidió el favor a mi primo de cambiar de puesto con él ya que estaba muy incómodo y deseaba dormir placenteramente ya que tenía que madrugar para ir a trabajar. En ese momento me llené de nervios, tenía al hombre mas guapo de mi barrio durmiendo junto a mí. Pensaba en que no iba a pasar nada y que al amanecer todo sería igual pero el pensamiento me traicionaba y me hacía imaginar cosas eróticas, pero claro, él tampoco ayudaba a bajarme la calentura ya que empezó a decir que él dormía solo en boxers y que cuando estaba acompañado por alguien le gustaba dormir entrepernado. Yo me sentía morir, mi corazón latía al 100% y mi imaginación volaba hasta lo más recóndito de mis malos pensamientos.

Después de un rato todo lo que estaba sintiendo se calmó y de repente me quedé dormido en posición de cucharita, como se le dice en mi país. Esta posición consiste en dormir como en estado fetal mientras la otra persona rodea la espalda con su cuerpo quedando totalmente juntos. Yo sentía su calor y su respiración en mi nuca. Su aliento a licor entraba por mi nariz. Minutos mas tarde sentí como su pelvis se retorcía en mis glúteos y cómo sus manos acariciaban mi erecto pene con mucha suavidad y sutileza sobre mi ropa. Me puse muy nervioso y quité su mano de mi paquete pero el insistía hasta que mi debilidad me tomó totalmente. Prácticamente él hizo todo el trabajo para desvestirme, todo con movimientos suaves para no despertar a ninguno de los que dormían placenteramente. Logró bajar mi cremallera y quitarme el pantalón y sentí un calor inmenso en mi trasero. Mi ano de repente empezó a dilatarse y mi pene sentía explotar con la enorme erección que tenía. Yo quedé atónito, no sabía que hacer, pero con sus movidas y sus manos viajando por todo mi cuerpo fui entrando en confianza y empecé a tocarle su paquete por encima del bóxer. Me sentía morir, tenía todo eso en mis manos.

Empezamos a masturbarnos mutuamente y nos dimos el primer beso con tanta fuerza y desesperación que ya no nos importaba cuanta gente había en ese lugar, lo único que nos importaba era deshacernos de esas ganas que nos dominaban en ese momento. Yo ya entrado en confianza bajé desde sus labios hasta su grande y jugoso pene mamándolo de arriba a abajo y tocando su ano, que se dilataba. Él intentaba coger mi boca haciendo movimientos muy bruscos, eso me llenaba de excitación. De repente él me subió para seguirnos besando y me volteó de espaldas, llenó de saliva su mano y la introdujo en mi ano haciéndome gemir de pasión y llegó el momento: Introdujo su pene con tal suavidad que apenas sentí dolor, un dolor que rápidamente se convirtió en un placer desmesurado. Sus movimientos contra mi espalda se hacían cada vez más bruscos mientras sus manos me masturbaban con fuerza. El placer fue tal que me corrí al instante. Con sus manos bañadas en leche recorrió todo mi cuerpo hasta llegar al suyo y empaparse de mi semen. Luego en un beso apasionado con fuerza, de esos besos que uno no quiere soltarse jamás porque piensa que puede morir si lo hacen, metía su lengua hasta mi garganta y mordía mis labios con suavidad. En medio del beso sentí como mi ano se llenaba de algo que me producía mas placer. Él sacó de inmediato su polla y se vino más en mi espalda y la frotó por todo mi ser. Aunque para ese momento yo ya me había corrido, otra erección me surgió. Ya estábamos empapados de sudor y de olor a sexo pero cuando el notó que mi pene seguía aún erecto se lanzó contra él y lo metió en su boca haciendo movimientos circulares con su lengua que hacían que me retorciera de placer. Lo metía y lo sacaba rápidamente y con una mano introducida en mi ano hacían la clave perfecta para que me corriera de nuevo.

Luego de eso nos abrazamos y nos quedamos dormidos. Cuando desperté me sentía pegajoso y sudoroso pero estaba con él y eso me arrechaba mas. Me levanté y me fui al baño, cuando regresé a la cama él estaba de nuevo con una erección así que en la cama hicimos un equilibrado 69 y luego de tanto fervor me corrí. Él de repente me besó y pasó toda mi leche a mi boca, yo se la devolví para que él se la tomara y me arrojé contra su pene para tomarme la de él. Me acomodé de nuevo para ahora si descansar y me quedé dormido hasta el medio día. Fui el primero en despertar de todos, él ya no estaba, pero mejor, para no infundar sospechas en nadie.

Esa noche de placer todavía la recuerdo en mis momentos de masturbación, nunca olvidaré su gran polla en mi pequeño ano y en mi estrecha garganta, sus manos paseando por todo mi cuerpo...

Prisionero sexual en el día de mis cumpleaños

Ocurrió a principios de este mes, en fecha de mi cumpleaños. Días antes había terminado con mi novio después de una relación de 3 a 4 años de duración. Comprenderán que no me encontraba bien por este detalle. Sin embargo tengo un grupo de amigos quienes conocían mi situación y a pesar de ello organizaron una pequeña reunión en la cual bebimos unos tragos y cosas así. En eso, uno de ellos nos propuso ir a una disco gay. Todos estaban deseosos de hacerlo, uno de ellos me dijo que lo pasaríamos bien, entonces decidí irme con ellos.

Me puse un jean y un polo negro de manga cero, ya que tengo buen físico porque voy al gimnasio y también me dicen que soy atractivo. Ingresamos a la disco y vi a muchos muchachos y personas mas mayores con mucha euforia, pasándolo bien. Me dije a mi mismo que había bastante carne fresca y buena para comer esa noche. No tomé en cuenta que alguien me estaba viendo a mí como carne fresca lista para servirse.

Fui caminando y viendo si había alguien conocido, en eso alguien tropieza conmigo. Sentí algo duro en mi pierna, a lo cual no di importancia. Me fui al lado de mis amigos con los cuales platicamos y reímos bastante. Uno de ellos me invitó a bailar. Mientras bailamos vi que otro muchacho me hacía señas. Después de unos minutos sentí nuevamente algo duro chocando con mis glúteos, luego un dolor porque alguien también me pellizcaba. No logré ver de dónde venía. Luego vi que el muchacho que me hacia la señal estaba atrás de mi bailando y cada vez que yo daba vuelta me hacía la misma señal, me indicaba ir al lavabo. Luego de unos minutos accedí y fui al lavabo.

Según entré sentí que alguien me empujaba y cerraba la puerta. Cuando me di vuelta vi que era el muchacho que me hacía señas. Quise preguntarle pero no me dio tiempo, me agarró de tal manera que me sometió y empezó a besarme de tal forma que me dominaba ya prácticamente. Sentía que estaba a punto de ser violado, estaba un poco asustado ya que era más alto y robusto que yo. Me sometía fácilmente a su gusto, casi nada podía hacer ya que apenas podía respirar. Fue apegándose más a mi cuerpo, fue ahí cuando volví a sentir ese bulto, era su polla que estaba erecta. Me la hizo sentir en mi cuerpo mientras me besaba. No entendía qué pasaba pero me besaba tan rico que mi mente no atinaba a responder para defenderme, sólo quería sentir esos labios y brazos fuertes que me sometían y empezaba a sentir placer. Me agarró de la cintura mientras me besaba el cuello, las orejas, prácticamente sentía que me estaba violando, pero yo quería más porque ya estaba excitándome.

Apenas logré preguntarle su nombre, me dijo que se llamaba Sergio y volvió a cerrarme la boca con aquellos besos tan profundos que sentía que me quería comer vivo. Logré zafarme un poco y le pregunté qué hacía. Me dijo: - Soy tu regalo de cumpleaños, y tú serás mi regalo la próxima semana”. Le pregunté porqué lo hacía, y me llamó de mi nombre y apellidos. Eso me dejó sorprendido y me volvió a atrapar en sus brazos, me arrinconó a la pared mientras empezaba a desvestirme. Ya su mano estaba dentro de mi jean tocando mis glúteos, acariciándolos, al mismo tiempo me decía que quería poseerlo.

No me quedó más que entregarme a ese placer, lo sentí muy ardiente abrirle el cierre de jean, logré llegar a su polla, para tragármela completa. Esta vez él estaba en mi poder, se la mamé de tal forma que sólo escuchaba sus gemidos de placer que se confundía con la música de fuera. Le bajé los jeans y empecé a disfrutar su cuerpo, me levantó con sus brazos poderosos y me besó nuevamente para quitarme el polo y empezar a lamer todo mi cuerpo. Llegó a mis glúteos, lamía mi espalda de arriba abajo y luego mis nalgas de manera circular, al fin llegó a mi culito, el cual latía de deseo de ser penetrado, de recibir aquel delicioso manjar del cual era prisionero. Sin embargo la razón me decía que algo no andaba bien. Reaccioné un poco, le pregunté porqué hacía eso si ni siquiera lo conocía. Me respondió que sabía todo de mi, dijo mi nombre y luego me besaba, me dijo que era mis cumpleaños y volvió a besarme, me dijo que había terminado con mi ex y que ahora le pertenecía, me dijo muchas cosas de mí y me besaba de manera intermitente.

No entendía cómo conocía tanto de mí. Luego me dijo que me había visto en un karaoke dos semanas atrás y que le gusté demasiado y que desde ese momento se propuso tenerme. Ni bien terminó la última palabra, me atrapó nuevamente en sus brazos y me dio la vuelta, momento en el cual sentí su polla erecta rozando mi culito, que latía de ansiedad de ser penetrado al sentir su polla. Entonces me dice dijo: - Sopla la vela. No le entendí, me dijo nuevamente: Sopla la vela. Ahí me hizo sentir la cabeza de su polla alrededor de mi ano, entendí el mensaje y empecé a moverme para que su polla sintiese mi culito, me dijo en ese instante: - Feliz cumpleaños. Mientras empezaba a penetrarme. Una vez dentro de mí, me susurró al oído: - Tienes 19 centímetros dentro de ti que están marcando territorio para siempre. Sentí como entraba y salía de mi culito, sus brazos poderosos aferraban mi cuerpo, solo tenían una finalidad, tenerme. Al ritmo de él empecé a moverme como una putita, pues me había capturado. Estaba prisionero por un hermoso hombre el día de mis cumpleaños. Me moví mucho para sentir ser penetrado por su polla, una estaca que entraba y salía en todas direcciones. Yo quería más y más hasta que empecé a escuchar sus gemidos de placer y el grito del clímax al que llegó, disparándome su leche calientita en mi interior. Al finalizar, no quiso soltarme, sólo me decía que ya era de él y que a partir de ese momento era suyo, su putita, y que no iba a dejarme escapar. Nos vestimos, cuando recién nos dimos cuenta que había gente afuera queriendo entrar al lavabo, me beso y me saco abrazándome, mis amigos nos vieron y solo sonrieron, creo que fueron cómplices de estar prisionero el día de mis cumpleaños, ahora estoy prisionero de él.

jueves, 2 de abril de 2009

Amigos del internado

Eran las ocho de la mañana y el despertador de la habitación de mi internado estaba sonando. Como siempre, ninguno de mis compañeros se iba a levantar a apagarlo. Cinco minutos después llegaba el profesor de gimnasia a decirnos que lo apagáramos y, como siempre, me tocó a mí. Cuando miré hacia la cama de uno de mis compañeros (que me gusta mucho y esta realmente bueno y que a partir de ahora le llamaré chico X) ya estaba allí la puta de su novia besuqueándole (a la que yo, falsamente, llamo "amiga"). Miré hacia mis otros dos compañeros que estaban todavía dormidos. A por cierto, me llamo Alejo y acabo de cumplir los 18 años.

Todas las clases transcurrieron con normalidad y llegó el esperado final de la clase de gimnasia. Fuimos al vestuario para ducharnos y como somos tantos chicos en la clase nos duchamos por turnos. Yo siempre intento colocarme en la ducha de al lado del chico X. Esta vez, lo conseguí. No hubo nada especial, pero he de deciros que tiene una muy buena verga y cuando se agachó a coger el jabón le toqué el culo con disimulo.

Ya por la tarde, estaba yo solo en nuestra habitación leyendo en mi cama cuando entró Yon, uno de mis compañeros de habitación:
-Hola- Le dije sin levantar la vista del libro.
-Como que hola- Dijo él. Su actitud me pareció extraña, ya que está siempre de mal humor conmigo sólo por ser yo homosexual y sin embargo él siempre estaba besándose con las chicas por ahí.
Levanté la mirada del libro y... ¡estaba desnudo! Se acercó a mi cama, me cogió de la muñeca y me empujó contra el armario. A mí nunca me había gustado aunque estaba muy bueno. Me hacía mucho daño, yo empecé a gritar que parase y él me quitó los pantalones y me rasgó la camiseta. Sentía su miembro contra mi culo y con una mano me tapó la boca y la otra me la metió dentro de los calzones y empezó a sobarme el pene. Pero ya era tarde, acababan de entrar por la puerta de la habitación una limpiadora y el jefe de estudios.
-Yon!- Gritó el jefe de estudios-suelta a Alejo ahora mismo.
Pero él no le hizo caso y mirándole siguió apretándome contra el armario con su pene; yo estaba llorando.
-Yon- Dijo otra vez- ¡Ya!
Y Yon me soltó. La limpiadora me recogió, me llevó a mi cama y me abrazó.
-Vístete ahora mismo y ven conmigo al despacho- Siguió el jefe de estudios.
Después llegaron Eli (esta si es amiga de verdad) y el chico X; la limpiadora se fue y Eli ocupó su lugar.

Ya por la noche estaba yo solo otra vez en la habitación ya que Yon estaba castigado en la biblioteca, mi otro compañero estaba en la habitación de su hermana pequeña y el chico X estaba en el bar puesto que hoy era la noche en la que el colegio podía dar alcohol a los mas mayores.

Cuando iba ya por el último capítulo de mi libro, oí la puerta abrirse y un olor a alcohol inundaba la habitación.
-Hola- Me dijo el chico X.
-Hola- Respondí yo levantando la vista del libro.
Iba sin camiseta, con todo el pecho mojado y tuve un impulso de tirarme a por él.
-¿No estas un poco borracho?
Se tumbó encima mio con la cara muy cerca de la mía y me dijo que a lo mejor era yo el que estaba mal. Se volvió a levantar y tambaleándose se quitó los pantalones y los bóxer. Tenía su miembro erecto. Se volvió a acercar a mí y me quitó los pantalones de un tirón. Yo me quedé muy sorprendido. Puso su cara sobre mi paquete, mi pene ya estaba erecto, luego levantó la cara y empezó a jugar con mi miembro erecto por encima del bóxer. Yo estaba quieto, casi sin respirar y no sabía lo que hacer. Me bajó el bóxer y empezó a mamar tan rápido y bien que no pude evitar soltar unos gemidos de placer. -Te gusta, ¿verdad? Esto es lo que te gusta ¿no? Pues toma, maricón.
Y me dio la vuelta y me metió su miembro dentro y grité de dolor y placer. Siguió cada vez más fuerte. Bajó su cara hasta la mía y me lamió la mejilla. De repente sentí un placer increíble y él sacó su pene, me dio la vuelta otra vez y me echó todo su esperma en el pecho. Me levanté, él se tumbó boca arriba y yo me tumbé sobre su pecho y me dio un beso como jamás me lo habían dado.

Dormimos toda la noche. Me levanté y él todavía estaba dormido. No había nadie más en la habitación. Me vestí y bajé a desayunar.
Como era el día de mi cumpleaños todo el mundo me felicitó. Cuando estaba terminando de desayunar bajó el chico X y se sentó enfrente de mí, no dijo nada.
A las doce, vinieron mis padres a recogerme, yo ya estaba con mis maletas abajo y vinieron mis padres a recogerme. Justo cuando iba a subirme al coche escuché mi nombre, me di la vuelta y era el chico X que llegó a mi lado y me felicitó.
-¿Y tú eres...?- Preguntó mi padre, que tenía mis maletas en la mano.
-Su novio- Y me dio un beso en la boca y salió corriendo hacia el colegio.
-¡Sube al coche!- Gritó mi padre.

Subí al coche y, mirando hacia atrás, dije: Marcos!
FIN

jueves, 19 de febrero de 2009

Compañeros de natacion

Para comenzar diré que me llamo José David, tengo 21 años y hasta hace unos años pocos me consideraba heterosexual. Ahora soy bisexual pues también me agrada tener sexo con mujeres. Mido 1,72 y peso 69 kilos. Tengo una verga de tamaño normal, 18 cm. de largo y 6 cm. de diámetro.

Tenía 13 cuando comencé mi vida sexual comiéndome toda mujer que se prestaba a saciar mis impulsos juveniles, pero a los 16 me cambió la vida por completo.
Gracias a Dios desde pequeño he tenido un buen físico, pero a los 16 me agarró un virus de gripe que me rebajó de peso en tan solo una semana, era uno de esos malestares que te tiran a la cama y te dejan sin ánimos de hacer nada. En fin, al sanarme me preocupé demasiado por lo delgado que quedé, entonces me metí en un grupo de natación de un club cerca de mi casa. Entrenaba entre las 6 y las 7 de la noche. Conmigo entrenaba un chico que ya había visto antes en el colegio pero nunca pensé algo malo de él, era muy discreto, se llama Marcos. Una noche, cuando terminamos de entrenar, nos fuimos a la ducha Algunos chicos vivían un poco retirados de allí así que no se molestaban en bañarse, solo se vestían y se marchaban. Marcos y yo preferíamos darnos una ducha antes de salir del club. Las regaderas eran estilo colectivo de modo que mientras uno se ducha puede ver a los otros también, lo cual era perfecto para aquellos momentos en que uno como hombre molesta a otros tirándoles agua o pegándoles con una toalla, ustedes saben, frikinautas.

Bueno, a lo que pasó esa noche! Marcos es de mi misma edad y tiene un cuerpo muy bacano pues él va al gym. Los dos entramos a las duchas, yo inocente de lo que iba a pasar, aún tenía mi speedo para lavarlo mientras me bañaba. Nos pusimos a hablar para conocernos mejor, nos preguntamos por las novias, por nuestros pasatiempos y claro el tema del sexo salió a flote. Él me dijo que aunque tenía novia aún se cascaba una pajita de vez en cuando y yo le dije que aun me la hacía pero que llevaba mucho sin halarme la colita. Todo comenzó a subir de tono cuando él preguntó que cómo me la hacía. Yo no puse malicia y le expliqué que me gusta hacérmela en el baño, aprovecho lo suave del jabón y lo sacudo más de lo habitual. Ostenté de que las pajas que me hacía eran magistrales pues suelen durar como 15 minutos mientras que, por conocimientos de mis amigos, ellos suelen durar poco. Marcos me llamó mentiroso, que una paja no duraba tanto, que le diera una muestra.

Yo le dije que estaba loco, que cómo me iba a masturbar en su presencia. Él dijo que no me preocupase, que el menearse con un amigo no tenía ningún problema, que él ya lo había hecho y que le parecía lo más normal. Me dijo que él me acompañaba en la paja y así aprovechaba y mediamos tiempos. Yo no estuve muy seguro y él me convenció haciéndome caer en la cuenta que estábamos solos, que no iba a salir de entre nosotros si ninguno decía nada de lo que pasase.

Cuando quise responder Marcos ya estaba completamente desnudo y con el chimbo semi-parolo. Me pasmé por un momento viendo cómo se acariciaba su pene para agrandarlo mientras era mojado por el agua y no sabía por qué el mío estaba creciendo. Me sentí un poco sucio por dentro pensando que mi excitación era muestra de que era marica y que toda mi vida estuve equivocado acerca de mi identidad. Marcos me miró y me dijo que qué esperaba para unirme pues ya había visto que yo estaba preparado. Mi calentura desplazó la razón que me abordaba y me dije a mí mismo: "No sé si esto es normal en la vida del hombre, pero lo voy a hacer" Además hacía mucho tiempo que no me la hacía y no había tenido sexo con nadie en esos días, estaba caliente desde días atrás y no me iba aguantar un día más.

Me quité mis speedo, unté de jabón mi pene y empecé a hacerme la paja especial, jalando el cuerito hasta el fondo y presionando con mi cuerpo hacia afuera, hasta que las venas sobresalieran y con mi otra mano acaricié mi cabecita roja del apretón, esto te hace sentir como si te vinieras pero no te corres. Luego una especie de mete y saca pero con la mano, otro estirón y así intercalando hasta correrme. Tenía mis ojos cerrados imaginando a mi novia desnuda y chupándomelo. En un momento me dio por abrir mis ojos y vi que Marcos me miraba mientras se masturbaba.

- Estas muy caliente no?- dijo Marcos.
- Sí, es que hace mucho que nada de nada con nadie, ni conmigo.

Yo respondí sin dejar de hacérmela. El hecho de sentirme observado no me molestó. Al contrario, me excitó aún más.

- La tenes buena!- me dijo.
- Que cosa?
- La verga! Me gustas mucho…en qué pensas.
- En mi novia.
- Crees que te la esta chupando.

El saber que le gustaba a un "mancito" me provocó algo inusitado. Le dije:

- Te gusta mi palo, te lo presto un momento.
- Para…
- Usa tu imaginación. Hacele lo que queras.

No dudó nada y se abalanzó a chupármela. Lo hacía muy bien, mejor que cualquier vieja que me hubiese comido. Me recosté contra la pared y él comenzó a chupar por la cabecita, la besó, la lamió como un helado y luego pasó su lengua y labios desde la punta hasta la base y se devolvió. Él cogía mis huevitos y jugaba con ellos usando las manos y la boca. Luego me pasó su mano izquierda por la raya de mi culo lo que me hizo excitar más. Acarició mis nalgas. Me dio vuelta para darme un beso negro, que es algo que me fascinaba, allí era donde quedaba el punto secreto de mi deseo, pocas lo habían encontrado y mi primer hombre lo encontró sin dificultad. Me besó, me lamió, me hizo sentir muy deseoso de correrme. Le dije que se pusiera en cuatro pero no quiso, porque era virgen por detrás, entonces le dije que me la chupara hasta correrme y lo hizo, cogió con su mano derecha mi pene y mientras me hacía una paja lo tenía medio metido en su boca. Yo gemía en señal de venirme, él se sacó el chimbo de la boca, le dio unos últimos jalones y todo mi semen empezó a salir. Él se lo echó en su pecho para esparcirlos con su mano (no le gustaba tragarse el cum), se levantó y me dijo:

- Ves, no duras lo mismo que yo.

Marcos aún estaba parolo y me propuso que le jalara una de mis pajas especiales. Bueno, yo tomé mi speedo lo enjaboné y con él en mi mano tomé su palo y comencé a masturbarlo. Esto me excitó nuevamente y él cogió el mío en su mano y también me masturbó otra vez. Así estuvimos un rato hasta venirnos los dos juntos y dejar nuestro semen allí, en el suelo de las duchas.

Ese recuerdo aún me calienta y me obliga a jalarme la colita más de una vez. Marcos y yo nos hablamos todavía, no comenzamos una relación pero sí tenemos nuestras aventuras de vez en cuando. Espero que os haya gustado.

lunes, 16 de febrero de 2009

El negro me follo sin condon en el parque

Estaba en mi casa aburrido como de costumbre y decidí salir al parque, ya sabía que allí de vez en cuando encontraba quien me diera una buena mamada y llegar relajado ami casa era lo que quería. Dí unas cuantas vueltas, el parque estaba solo y algo oscuro en cierta parte, también he visto unas cuantas parejitas culiando en veces anteriores y pues decidí ver si había alguien. Para mi sorpresa ninguna parejita. Caminé un poco mas cuando escuche una voz que me dijo, ¿que busca mono? ¿en que le puedo servir?
Era un negro de aproximadamente unos 27 años, estaba acostado en el matorral y yo no le había visto ya que el pasto estaba alto. Seguimos hablando y me contó que se había peleado con su hermana, que no era de la ciudad y que venía de la costa, y que ese día debía dormir por fuera. Al verlo detalladamente y escuchar su historia me dio un cierto pesar, pero bueno, le pregunté yo ¿va a dormir ahí? Él me dijo que sí, y se recostó. Me dijo: voy a estar acá por si me necesita. Yo ya estaba erecto de sólo verlo, al rato me preguntó que qué hacía solo por el parque, le dije: La verdad quedé de verme con un amigo, pero no aparece... Eso fue todo, un silencio de nuevo entre los 2 y continuó recostado. Yo no aguanté mas y le hice la pregunta clave ¿alguna vez ha tenido sexo con alguien aquí? Él me respondió, Aca viene un mancito y me deja 15 o 20 mil pesos por que me lo culee. Esa respuesta me puso a mil, sólo q yo andaba con míseros 2.000 pesos en el bolsillo. Quedé callado y al rato le pregunté ¿Pero ustedes los negros dicen que la tiene grande? ¿Cómo es la suya? Él me respondió: 18 centímetros. Para mis adentros me dije que era perfecta. Yo le respondí ¡está bien de verga! Él me dijo ¿no tiene algo por ahí? Yo le dije, la verdad men, sólo cuento con 2.000 pesos y él me dijo, paselos haber y me lo puede coger, esto me hizo poner super arrecho.

El negro ya estaba erecto y su verga no desmeritaba nada, si bien me había dicho 18 centímetros, yo creo que había sido modesto, su verga debía medir unos 21 centímetros, cabezoncita y negra como la noche... en sí, una delicia... como las que me gustan.
Empecé a lamer y chupar esa verga, no lo podía creer, estaba tirando en el parque, con un negro. Después de un rato el negro empezó a acariciarme la cola, a mi me encanta que me den circulitos en el ano, y él estaba acariciando mi esfínter haciendo que se dilatara solito. La verdad, quería sentir ese negro dentro, que toda su herramienta perforara mi culo, pero no quería presionarlo, sino que fuera él quien lo pidiera. Pues dicho y hecho, al cabo de un rato de estar mamándoselo me preguntó que si podría con su verga. Yo simplemente asentí con la cabeza y dije que si, él no lo dudo y me dijo que me cuadrara mejor. Yo siempre tiro con condón, pero la verdad, cuando voy al parque no cargo papeles ni billetera, entonces existía ese pequeño problema.
Él me dijo, te va a doler, yo le dije que se lo lubricara bien, además después de esa mamada lo tenía bien mojadito. Me lo colocó atrás y empezó a meter centímetro tras centímetro presionando mi ano. La verdad, yo estaba en el séptimo cielo, mi culo está acostumbrado a comer bien y el negro tenía una vergota increíble y no era ordinario, me cogió suave y la fue introduciendo en mi culito poco a poco, luego empezó un mete y saca y se sentía delicioso. Así duro unos 10 minutos, yo no me cambiaba por nadie, ahhhhhh!!!! me estaba culiando a puro pelo y no me importaba, sólo quería tener esa verga esculpiendo mi próstata, se sentía deliciosa,... entraba y salía cada vez mas rápido y con fuerza, pues él era quien manejaba ahora la situación y de seguro lo estaba gozando, pero no mas que yo, que no había comido rellena negra en dias... Ahhhhh... se empezó a escuchar de la boca del negro... yo apresuré mi paja y comencé a venirme, él se corrió dentro de mi y sentí por primera vez lo que había escuchado sobre si alguien se te venía dentro. La verdad, la sensación es indescriptible, el placer mezclado con semen, wow, eso nunca lo olvidaré, eso fue hace una semana, he ido a buscarlo de nuevo al parque y ya no está, por mi que volviera a pelear con su hermana, para poder gozar de nuevo esa maravillosa verga negra.

Pienso en el

Esta mañana me he despertado pensando en él, como en los últimos tres días. Fantaseo con la idea de que hoy vendrá a verme, es el chico más guapo del mundo y lo mas importante: yo le gusto y por lo que dice, mucho. Tocan al timbre, debe ser él, tengo un nudo en el estomago, ¿nervios? ¿ansia?... no lo sé. Estoy esperando en la puerta de casa a que llegue el ascensor, me deleito pensando en como ira vestido y de pronto ahí está. Lleva unos vaqueros que le sientan muy bien y una camiseta lila que deja entrever su cuerpo definido, guapísimo como siempre, me está mirando a los ojos, con esa mirada en la que podría vivir y una sonrisa en la boca.
- Tenía ganas de verte.
Por toda respuesta le beso, tenía muchas ganas de besarlo, de sentirle muy cerca. Entramos en casa, le enseño el piso y nos sentamos en el sofá. Le propongo ir a la cama, allí estará mas cómodo. Él sonríe, pícaro, pensando en lo que no es, yo sólo lo he dicho para que estuviera más cómodo, aunque al ver esa sonrisa es lo primero en lo que he pensado. Vamos al dormitorio y se acuesta, yo a su lado, muy cerca, lo suficiente como para que los dos sepamos que el otro esta igual de nervioso.

Hace cuatro años que no nos vemos y ahora estamos aquí los dos deseando besarnos y acariciarnos. Empiezo por su pelo, lo tiene negro y corto, es un tacto agradable. Él sonríe y empieza a besarme, creo que es el beso mas caliente que me han dado nunca. Desprendemos calor, mucho calor, intento abarcar todo su cuerpo con mis manos sabiendo que es imposible, necesitaré mucho tiempo.

Él me besa el cuello, consigue erizarme la piel, ha parado.
- ¿Qué pasa?
- Creo que es Elena, mi compañera de piso.
Ella ha entrado en casa, la verdad tengo ganas de verla, pero... ¿tiene que ser ahora? bueno ya esta aquí... tan discreta y perfecta como siempre, ha entrado sigilosa y sin hacer ruido. Me apetece que le conozca y esa intromisión hace de la situación puro morbo. La llamo y mientras tantea con la mirada a mi chico, habla acelerada como siempre, sobre su mañana. Con una mirada de silenciosa complicidad los dos sabemos que cuando se valla seguiremos demostrando lo a gusto que estamos juntos, y ella, que sabe leer en mis ojos, decide irse sin mas pretexto que quitar la fregaza. Yo cierro la puerta. Ahora estamos solos. Él y yo. Está acostado en mi cama el chico mas sexy del mundo y me está esperando, me acuesto en la cama y se pone sobre mi. Empieza a besarme apasionadamente mientras me toca, me encanta como lo hace.

Mis pantalones empiezan a ser un estorbo, mi polla está despertando y los vaqueros me molestan, pero quiero que sea el quien me los quite. Seguimos besándonos y yo llevo mi mano hasta su entrepierna, está muy caliente y noto como está empalmado, eso me pone aun más cachondo. Entonces decide quitar el botón de mi vaquero y bajar la cremallera, que alivio creía que explotaba, mete su mano por dentro de mi slip y me agarra la polla con fuerza haciéndome estremecer. Me quita la camiseta mientras yo hago lo mismo con él, parecemos dos novatos, esperando a ver quien decide desnudar al otro. Me decido yo pero con las prisas se la saco por la pernera derecha de su slip y me la meto en la boca con una mano, con la otra le acaricio los huevos suavemente y empiezo a juguetear con el piercing en su capullo. Mientras se la chupo le miro a los ojos, me gusta hacerlo así y veo que lo estaba deseando tanto como yo. Su respiración se acelera cada vez más. Me tira de la espalada poniéndome a su altura y le beso. Empieza a besarme el cuello y tenso todos los músculos de mi cuerpo, él sigue con mas ímpetu y empieza a bajar, mi pecho, mi abdomen, por fin se la mete en la boca con mucho cuidado y empieza a jugar con ella. Me encanta, estoy sintiendo muchísimo placer y se lo hago saber, mi respiración es muy fuerte, mis manos le agarran con fuerza y parce que le gusta, su lengua recorre toda mi polla haciendo que yo tiemble de placer, tengo la sensación de que estoy en una nube, solos los dos, sólo existe él, y no se va a acabar nunca... Vuelve a besarme y yo cojo su polla mientras con la otra mano acaricio su espalda, él coge la mía, intentamos coger un ritmo. Estoy deseando que se me corra encima, quiero notarlo. Se que él quiere lo mismo de mi y se lo voy a dar. El placer no me deja hablar, si no le diría que lo quiero, estoy a punto de correrme y consigo decírselo -perfecto- contesta, y me besa, y mi polla explota. Me encanta que me besen mientras me corro.

He terminado y el juega con mi semen sobre mi abdomen mientras yo le pajeo, está disfrutando y me gusta verlo, intento meterme su polla en la boca otra vez, pero me avisa de que se va a correr así que sigo pajeándole mas rápido y clava sus dedos en mi pierna. Me duele y eso me gusta, no sabría explicarlo, se está corriendo y al verlo diría que me he puesto cachondo otra vez pero no hay tiempo...

El negro de la playa desierta

Esto es lo más excitante que me ha pasado. Todo sucedió durante unas vacaciones en la playa, estábamos tomando el sol pero yo tenía ganas de broncearme desnudo y por la cantidad de gente que había y al no ser una playa nudista no podía hacerlo, entonces alquilé una bicicleta marina y me fui a buscar un lugar donde pudiera asolearme y bañarme en el mar totalmente desnudo como a mi me encanta. Pedaleé durante unos 10 minutos y encontré una playita totalmente desierta y muy hermosa, tendí mi toalla, me quité el speedo y me tumbé al sol.

Llevaba algunos minutos cuando sentí un ruido, yo estaba boca abajo así que levanté la cabeza y apareció ante mí un hombre negro como de 1.80 de alto, delgado y marcado con un cuerpo increíble. Sólo vestía una bermuda y era evidente la erección que tenía, yo hice como que no le había visto, pero no pude evitar sentir una tremenda excitación. El hombre se me acercó y me dijo qué hacía por acá tan solito. Levanté nuevamente la mirada y junto a la enorme y maliciosa sonrisa del hombre pude ver que tenía la verga muy dura y que le apuntaba hacia la derecha. Yo sonreí y él se quitó la bermuda. En ese momento me sentí a punto de reventar, creí que me vendría solamente con rozarme. Instintivamente me acerqué y lo empecé a masturbar, él me pegó a su cuerpo y me besó con mucha intensidad. Yo tengo muy buen cuerpo y buen culo pero era más bajo que él. Me levantó y quedé abrazado a su cuerpo con mis piernas, su verga casi me penetraba, me bajé y empecé a darle una mamada que me daba tanto placer como a él, que exclamaba y se movía. Me dijo que quería dar por ese culito tan rico. Yo tenía algo de miedo porque me imaginaba cuanto me iba a doler, pero me puse en cuatro sobre la toalla y él se lubricó ese tremendo vergón de 20 cms y me lo empezó a meter.

Al principio me dolió pero me lo fue metiendo poco a poco y cada vez sentía más placer. Mi excitación y placer no tenían límite. Luego él me levantó y me puso en la posición inicial, yo abrazado a su cuerpo con mis piernas, y me penetró de una manera que nadie lo había hecho. Me dijo que iba a eyacular y le dije que lo hiciera en mi pecho, pero me dijo que no me lo quería sacar, que me masturbara para venirnos al tiempo. Así lo hice, gritamos de placer y nos movimos tan rico que sentí que me desvanecía por momentos. Luego se arrodilló sin dejarme bajar y se acostó sobre mí sin sacármelo. Me dijo que había sido increíble y yo también le dije que lo había disfrutado mucho. El sudor nos cubría totalmente y el olor a macho que despedía este hombre era enviciador.